Crece el bosque y la cultura en México
Por Ángel Álvaro Peña
Se abre un espacio para los jóvenes grafiteros que en otro tiempo fueron considerados delincuentes que pintaban las paredes, ahora podrán expresarse en el área de las cuatro secciones de ese Chapultepec que pertenece a los mexicanos.
Pero esta transformación de la visión de la realidad que nunca había sucedido en el país es arrebatarle a la intención de privatizar para hacer la vida de los visitantes y habitantes del valle de México una vida más sana.
Al mismo tiempo se dará difusión a los espacios de los museos que existen en Chapultepec, desde el Castillo de Chapultepec, que es un símbolo de nuestra historia patria, hasta el Museo del Caracol, que poca gente conoce, a pesar de estar en la falda del Cerro del Chapulín. Hay muchos museos que tendrán acceso más barato. Porque todavía está en la memoria de los mexicanos cuando por voluntad de Marta Sahagún los museos triplicaron el precio de entrada a mitad del sexenio de Fox.
Algunos quieren ver al Presidente como un enemigo del ambiente, aseguran que el tren Maya será un ecocidio y mañosamente amparan a los supuestos colonos de las áreas afectadas, cuando en realidad detrás de esos procesos legales está la oposición que no quiere que se concluyan obras que nunca antes se habían construido en tan poco tiempo. Preferían decir que erigían hospitales y sólo inauguraban las fachadas, dejando lo demás en obra negra, así los únicos que beneficiaban esas mentiras eran a los políticos.
Por ejemplo, Calderón llegó a decir en entrevista con Adriana Díaz Cañedo que por lo menos se inauguraban dos obras a la semana construidas por el Gobierno federal, cuando no se construían ni una al mes de manera real.
La prensa de esos años daba por real el hospital o la escuela, pero sólo eran la fachada de un gobierno de mentiras, pero se contabilizaban como reales teniendo como testigos a los medios que recibían carretadas de dinero por esta labor que no informaba sino que mentía, y en ese ejercicio de la mentira se quedaron instalados varios medios y varios reporteros que sólo vivían del cuento y vivían muy bien.
Se vigilará la conservación de los manantiales del Bosque de Chapultepec, así como la protección del pulmón que representa para la zona conurbada un Bosque que es una manera de elevar el nivel de salud de quienes habitan el valle.
Algunos sectores de la población insistían en que en esta administración los militares estaban consentidos, protegidos, privilegiados. Ahora les tocó a todos ellos y a su estratégica secretaría, donar parte de su campo de trabajo en beneficio de la población. No se trata únicamente de cuestionar sino de apreciar la voluntad de darle a un mayor número de mexicanos lo que pudo haber sido un privilegio para unos cuantos, a veces sin ser mexicanos.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, informó que en 1779 en esa área del Bosque se encontraba una ensambladora de armas, hasta 2019, que fue entregado al Gobierno de la Ciudad de México para integrar la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec, entonces como parte de una instalación militar.
Según informa la jefa de Gobierno, las 88 hectáreas que la Secretaría de la Defensa Nacional donó a los mexicanos, habían pensado en privatizarla los funcionarios del sexenio anterior para crear una zona residencial de lujo, que sería una especie de segundo Santa Fe, con una ganancia al Gobierno federal por más de 19 mil millones de pesos. Querían un desarrollo inmobiliario que hubiera tenido impactos muy graves para la Ciudad de México, pero esas mismas personas que serían las beneficiarias ahora aseguran sin pruebas suficientes, que el impacto ambiental del Tren Maya causaría daños irreversibles a la naturaleza.
Además, en Chapultepec habrá un cablebús que va a conectar las cuatro secciones y además distintas conectividades, como puentes peatonales, que realmente serán obras artísticas, con la creatividad de artistas coordinado por el escultor, dibujante y pintor xalapeño, Gabriel Orozco.
Así, la cultura volverá a ser un protagonista de los espacios de Chapultepec, que envuelve la historia y la naturaleza se convertirá en un oasis de esparcimiento y aprendizaje para todo visitante.
Los amparos que se han interpuesto para impedir que este tipo de obras se detenga o se cancelen definitivamente tienen más motivos políticos que de defensa a la naturaleza, preocupación realmente nueva en muchos de quienes ahora se dicen ecologistas de nacimiento.
Desde luego que se incluye la rehabilitación ambiental de todo el bosque, un saneamiento, una reforestación y el rescate hídrico de muchísimas cañadas. Con cierto desencanto se advierte que la política de parte de la oposición se centra en la crítica sistemática a todo lo que el actual Gobierno realice. No piensa en el beneficio de la población ni en elevar el nivel de vida de las mayorías sino en la derrota del contrincante, aunque esto no implique necesariamente su triunfo social, político o electoral.