Empresarios ‘verdes’ buscan lugar en la mesa
La industria de generación de energía solar y eólica se ha mantenido a raya respecto a la iniciativa de Reforma Constitucional que se discutirá en el Congreso a partir del 17 de enero. Han querido pasar desapercibidos en medio de la controversia. Temen ser rostizados en alguna conferencia mañanera.
Sin embargo, los empresarios de estos sectores afirman que tienen mucho qué decir, pero no tiene a quién hacerlo, pues como lo hemos comentado en entregas anteriores, no existen puentes con el Gobierno de la #4T.
Buscan sentarse a la misma mesa en la primera oportunidad para comentar que la iniciativa, a pesar de que no es aún una realidad, y su materialización depende quizá de negociaciones más políticas que técnicas, afirman que la reforma energética del Presidente Andrés Manuel López Obrador ya comenzó a cobrar las primeras “víctimas”.
De acuerdo con fuentes que se acercaron a este espacio, ya desapareció la primera empresa de manufactura de equipo eólico, de solamente cinco que existían en el país, con la sola idea de que esta fuente de energía no sea de las primeras en ser despachadas en el sistema eléctrico mexicano.
Adicionalmente, existen otras 15 plantas, tanto eólicas como solares, que no han podido avanzar de la fase de pruebas ante la negativa de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), quien argumenta confinamiento, a pesar de que ya estamos en semáforo verde.
Si alguien se sentara con ellos en esa mesa, de acuerdo con los empresarios, tratarían de explicarles que un día después de que se apruebe la reforma, en caso de no haber cambios, el nivel de contaminación del sector eléctrico se incrementaría 65 por ciento “casi de forma inmediata”, debido a que la CFE tendría que echar mano de todas sus plantas para poder satisfacer el 54 por ciento de la demanda que le tocaría.
Para ellos, otro de los grandes retos que tendrá que resolver el gobierno será el uso del agua en las presas, pues de aprobarse la reforma se tendrá que priorizar la generación hidroeléctrica, dejando a un lado las necesidades de la industria agropecuaria, lo que anticipa un conflicto social.
En fin, quienes toman decisiones en este sector afirman estar dispuestos a tomarle la palabra al Presidente López Obrador y participar activamente en el Parlamento Abierto que comenzará casi dentro de un mes en la Cámara de Diputados, así que esperan su invitación. Prometen que esta vez será sin intermediarios.