Un año del T-MEC, ¿qué balance hacemos?

La entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el 1 de julio de 2020 marcó el inicio de una nueva era en América del Norte. No solo modernizamos las reglas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sino que profundizamos nuestra integración productiva y comercial al incluir nuevas disciplinas relacionadas con la economía digital, el medio ambiente, la transparencia y las relaciones laborales, entre otras.

A un año, podemos constatar que la determinación de México por mantener este acuerdo fue, sin lugar a dudas, la correcta por las razones que explico a continuación.

En primer lugar, desde hace más de 27 años el TLCAN, y ahora el T-MEC, se ha consolidado como uno de los más importantes motores económicos en América del Norte, particularmente en México. Este acuerdo nos permitió hacer frente a las disrupciones provocadas por la pandemia, y nos proporcionó una valiosa herramienta para impulsar una rápida recuperación económica que nos permitirá crecer entre 6.0 y 7.0 por ciento durante 2021, de acuerdo con las más recientes estimaciones de Banco de México.

En segundo lugar, el T-MEC afianzó nuestro comercio con América del Norte y nos permitió recuperar e incrementar nuestros niveles de exportación previos a la pandemia. Como muestra de ello, durante el primer trimestre de 2021 México se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos, por delante de Canadá y China, donde además fuimos proveedores principales de productos del sector agropecuario, electrónicos y vehículos. Además, durante 2020 México se consolidó como el tercer socio comercial de Canadá.

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