Esclavitud 2022

Por Salvador Guerrero Chiprés

“Pobreza, marginación, discriminación, racismo, falta de información y estructuras machistas confluyen en esas historias padecidas aún en el 2022 y que no distan mucho de aquellas que, entre los siglos XVI y XIX, sufrieran miles de hombres, mujeres, niñas y niños vendidos como esclavos”.

Mujeres engañadas con falsas promesas de amor o de empleo para ser forzadas al trabajo sexual o explotadas en el servicio doméstico, migrantes o jóvenes obligados a trabajar en actividades delictivas, personas en situación de pobreza reclutadas para laborar en condiciones de explotación en fábricas o siembra, niñas vendidas en matrimonio por sus padres.

Situaciones se enfrentan en nuestros días y muestran una forma moderna de esclavitud, visibilizada y cada vez más denunciada y atendida, pero pendiente de ser erradicada: la Trata de Personas.

Este 25 de marzo se conmemora el Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata Trasatlántica de Esclavos. A más de 200 años de que José María Morelos y Pavón proclamara, desde Chilpancingo, Guerrero, la abolición de la esclavitud, no deberíamos necesitar de una efeméride para recordar la urgente necesidad de construir igualdad y libertad.

El esclavismo moderno se refleja en las expresiones más denigrantes de la Trata de Personas, en las cuales las víctimas son vistas como una mercancía.

Los reportes de la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas (800 5533 000) provenientes de todo el país, que opera el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, permiten identificar a las mujeres (80 por ciento de los casos clasificados como Trata) y a los menores de edad (33 por ciento) como los grupos más vulnerables.

Una estatua de trece metros para denunciar la esclavitud

El 48 por ciento de los reportes hacen referencia a explotación sexual, 21 por ciento a trabajos o servicios forzados, 18 por ciento a explotación laboral, seis por ciento a la utilización de menores de edad en actividades delictivas, principalmente.

Pobreza, marginación, discriminación, racismo, falta de información y estructuras machistas confluyen en esas historias padecidas aún en el 2022 y que no distan mucho de aquellas que, entre los siglos XVI y XIX, sufrieran miles de hombres, mujeres, niñas y niños vendidos como esclavos.

Niñas en la Montaña de Guerrero vendidas en matrimonio, en una práctica invisibilizada en los usos y costumbres. De acuerdo con datos de la ONU, 15.4 millones de personas en todo el mundo enfrentan matrimonios forzosos, y uno de cada 10 menores están sujetos a explotación laboral.

Más de dos millones de personas en México —de acuerdo con datos del Inegi— que trabajan de manera informal en el servicio doméstico; 74 por ciento sin prestaciones laborales, como aguinaldo, vacaciones o seguro médico, y sólo dos por ciento con un contrato escrito.

Cada una de las modalidades de la Trata son equiparables a formas modernas de esclavitud que deben ser erradicadas con la participación y coordinación de la ciudadanía, organismos sociales y autoridades.

Esa transformación requiere, como lo impulsa la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la construcción de una sociedad más justa basada en la igualdad sustantiva.

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