Nuevo orden
Por Salvador Martínez García
“Las apariencias engañan”, reza un viejo refrán popular, así sucede muchas veces, como en la actual guerra de Ucrania, sobre la cual todas las grandes potencias afirman querer alcanzar un acuerdo de paz, sin caminar hacia ellos y, por el contrario, proyectar un prolongado conflicto bélico.
La intención es colapsar la economía rusa con excesivos gastos bélicos para enfrentar la guerra mientras se le asfixia económicamente con un fuerte bloqueo comercial y financiero.
Empero, lo que está en juego es la hegemonía del dólar a nivel global lo que derivará en el aprovechamiento de una gama de monedas de países emergentes para la transacción comercial, lo cual podría terminar con el dominio de la divisa verde y el eventual desplome de la economía estadounidense.
La economía de Estados Unidos transita no solo por el debilitamiento de su moneda sino también por un periodo de elevada inflación, la más alta en décadas, más del 8 por ciento.
Además, Washington “ayuda” a Ucrania con 300 millones de dólares en armamentos, con lo que pretende prolongar la confrontación con Rusia por varios años.
Una verdadera encrucijada vive hoy Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, mientras que China consolida su pujante economía (aunque con menor crecimiento), su papel de gigante asiático y, en pocos años convertirse en la economía más importante del globo.
Difícil pronosticar el resultado de la guerra de Ucrania, pero lo que si es cierto es que el unipolarismo nacido con el fin de la Unión Soviética, llegó rápidamente a su fin, para dar paso a un tripolarismo en el que otras naciones de fuertes economías podrán tener mayor voz y voto en las decisiones sobre la nueva globalidad. Veremos.
SUSURROS
En México, Morena mantiene la esperanza de aprobar en la cámara de Diputados (faltaría todavía el Senado), la Reforma eléctrica, sin existir certidumbre de lograrlo en la anunciada sesión del próximo domingo en San Lázaro.
Con la Reforma eléctrica va en paquete la defensa al Litio como un recurso natural estratégico del país.
Previsor, López Obrador habla ya de un Plan B, para que ninguna corporación privada nacional ni internacional pueda sacar el litio del subsuelo, porque es del pueblo y de la nación mexicana.
Se prevé la creación de una empresa paraestatal de Litio que aproveche el encarecido elemento sustancial para la industria automotriz. Habrá que estar pendiente de los resultados.