México: panorama incierto y adverso
No pintan bien las cosas, ante el riesgo de una recesión mundial resultado de una guerra comercial extendida. La incertidumbre para México se agrava por un panorama, sin duda, complejo. El coctel de una desaceleración global exacerbada por riesgos geopolíticos, junto con eventos transitorios que afectaron la actividad económica en el primer trimestre del año, ha llevado a revisar sistemáticamente el crecimiento del país a la baja.
De acuerdo con el reciente boletín mensual del IMEF, “ahora México enfrenta dos temas que contribuyen a la desaceleración del crecimiento de este año: la suspensión de obras de construcción en la Ciudad de México y la actitud de desconfianza para invertir por parte del sector privado”.
En este contexto no extraña que las principales calificadoras en el mundo (Fitch, Moody’s) ajusten sus calificaciones para el país. Las finanzas públicas, el perfil crediticio de Pemex, la débil perspectiva económica, las tensiones comerciales, la incierta política interna entre otros, son factores que explican la reciente baja en las calificaciones y la preocupación por el futuro inmediato de la economía, pese a fortalezas como un mandato fuerte, mayoría legislativa y disciplina en las políticas económicas.
Moody’s resalta preocupación debido a que “el marco de la política se está debilitando en dos aspectos fundamentales: (1) La confianza de los inversionistas y las perspectivas económicas a mediano plazo se ven socavadas por la formulación de políticas impredecibles y, (2) el menor crecimiento, junto con los cambios en la política energética y el papel de alto riesgo de Pemex, han introducido riesgos para la perspectiva fiscal a mediano plazo de México, a pesar del compromiso del gobierno a corto plazo con una política fiscal prudente”. Aún falta conocer la opinión de la tercera calificadora de peso en el mundo, Standard & Poor’s.
Por lo pronto, siguiendo con el análisis mensual del IMEF es importante resaltar que: “las acciones y comentarios de las calificadoras dejan ver que el país puede estar en riesgo de perder el grado de inversión si no se cambia el curso, especialmente en el sector energético, lo que tendría consecuencias negativas para la economía”.
Pese al acuerdo temporal con el gobierno de Donald Trump para evitar aranceles de 5% a las exportaciones a ese país, hay inquietud por el riesgo siempre latente que el mandatario estadounidense imponga restricciones al comercio entre ambos países.
En todo este mar de confusión, ahora más que nunca es necesario generar confianza para lograr el crecimiento de nuestra economía. Tal como lo ha venido haciendo, el IMEF insiste en la pertinencia de crear confianza en el sector privado a fin de que active o reactive, sus planes de inversión. El peso de la iniciativa privada en México representa 83.3% de la economía, lo que destaca su magnitud en el país.
Algunas señales de aliento han sido la reciente creación del Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, el Empleo y Crecimiento Económico, así como el acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial a fin de activar la inversión y el desarrollo incluyente.
Por último, es fundamental que el Presidente mande un mensaje unificado tanto desde el Ejecutivo, como desde la bancada de su partido en el Legislativo, con el compromiso firme de brindar certidumbre en cuanto al marco legal y con señales de unidad más que de división.