233 votos legislativos no son electorales

Por Adela Navarro Bello

“Aquí la cuestión es si, con este despegue del bloque opositor legislativo, puede alcanzar el vuelo una alianza electoral para el 2024, de cuatro partidos alrededor de un solo candidato, o se convierte en un fuego artificial que se dispersa en el aire en distintas direcciones”.

El domingo 17 de abril, cuando finalmente la oposición en la Cámara de Diputados se unió para batear la Reforma Eléctrica propuesta por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, casi inmediatamente se dieron los campanazos.

Reunidos por primera vez en un escenario político, el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano lograron 233 votos contra la Reforma Eléctrica, versus 275 de Morena y aliados, con lo que no lograron los oficialistas la mayoría calificada necesaria para una reforma constitucional como la que pretendía el Presidente de la República.

Inmediatamente al final de la votación, sabedores triunfadores de una elección entre 500 sufragios, comenzaron a vanagloriarse con miras al 2024. La lógica es que, unidos, pudieron ponerle un freno legislativo a López Obrador y Morena, por tanto, iniciaron una verdadera etapa de oposición que podrían continuar los siguientes tres años, los últimos del morenista en la Silla del Águila.

Y efectivamente es un buen escenario. Una real separación de poderes marcada desde una oposición que tiene la oportunidad de recuperar la dignidad que ha perdido en los últimos sexenios, y unirse para frenar, legislativamente hablando, los caprichos del mandatario nacional, por ejemplo, la desaparición del Instituto Nacional Electoral, y la propia Reforma Electoral, por señalar lo menos.

Pero de eso a que sean capaces de, desde 2022, cantar victoria en el 2024, hay un largo tramo y les faltan muchas piezas. Para empezar, Movimiento Ciudadano ha dicho que no se aliaría política y electoralmente con el PRI (aunque cedió en la Cámara de Diputados), por ejemplo en la elección federal del 2021, si la alianza PAN, PRI, PRD, hubiese contado con MC, en lugar de los 12 millones 331 mil 148 votos que obtuvieron, habrían llegado a los 15 millones 623 mil 543 votos, sumando los tres millones 292 mil 395 votos de Movimiento Ciudadano, contra los 12 millones 165 mil 733 obtenidos por Morena y aliados, PT y Verde Ecologista.

Con lo que casi lograrían el voto duro que demostró tener el Presidente en la consulta de Revocación de Mandato del domingo 10 de diciembre, precisamente 15 millones de votos que representan a los militantes y simpatizantes permanentes (o acarreados, como en el pasado), del partido en el poder, Morena. Es decir, el Presidente parte de esos 15 millones, mientras los partidos de oposición, si se unieran en el 2024 y repitieran los resultados del 2021, sobrepasarían por poco el voto duro de López Obrador.

Sin embargo, aparte de no contar con Movimiento Ciudadano, no cuenta la oposición con liderazgos político electorales como los tuvieron en el pasado, como lo fue Vicente Fox en el año 2000 o como sucedió con Enrique Peña Nieto en el 2012. Actualmente, ni en el PRI, ni en el PAN, ni en el PRD, existe un liderazgo visible, no social ni político que pueda ser capaz de reunir a los tres partidos, porque MC con sus jóvenes figuras, como Luis Donaldo Colosio Riojas, se mueve aparte.

De igual manera, fue notoria la desunión de la oposición que se vio reunida el domingo 17 de abril en la Cámara de Diputados. Los tres de Va por México menos Movimiento Ciudadano no fueron capaces de sumarse, en el mismo 2021, para ganar la mayoría de las 15 gubernaturas que estuvieron en juego, al final Morena se agenció 11 gubernaturas, dos el PAN, una MC y una el PVEM.

Y mientras la desunión político electoral impera en la oposición, entre Morena y aliados se congregan entorno a su líder, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de cuyo dedo saldrá el nominado para contener en el 2024.

Aquí la cuestión es si, con este despegue del bloque opositor legislativo, puede alcanzar el vuelo una alianza electoral para el 2024, de cuatro partidos alrededor de un solo candidato, o se convierte en un fuego artificial que se dispersará en el aire en distintas direcciones.

El resultado del domingo 17 de abril fue un buen despegue, pero no deben olvidar que 233 votos legislativos no se traducen en millones de votos electorales. Y para 2024 el camino parece largo y el tiempo apremia ahora sí que para todos.

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