¡Traidores a la patria!

Por Álvaro Delgado Gómez

“En suma: Si usted no quiere que le digan ladrón, no robe; si no quiere ser tildado de corrupto, no corrompa ni se corrompa, y si no quiere ser llamado traidor a la patria, no traicione a México”:

No hay más alta traición de una persona que la traición a su patria y por eso enfurecen quienes son acusados en México de cometer este delito que significa, entre las quince formas que define la ley, realizar “actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o Gobierno extranjero”.

Pero la razón de la furia por este duro señalamiento no es por el castigo económico en el caso remoto de que la sentencia de culpabilidad quede firme, y que es de hasta 50 mil pesos de multa, tampoco por la cárcel de cinco a 40 años, ni siquiera por la deshonra pública de quien lo comete y de su descendencia, sino por los efectos políticos y electorales inmediatos.

Al traidor a la patria, aun si no se le mete a la cárcel ni se le multa, se le desprecia y, naturalmente, se le castiga. Hasta 2005 implicaba pena de muerte, pero ahora la sanción principal es política y electoral a través del voto.

Por eso Morena y sus aliados han decidido denunciar y exhibir como traidores a la patria a los diputados del bloque PRI, PAN, PRD y del partido Movimiento Ciudadano –el flamante combo McPRIAN– por desechar la Reforma Constitucional del Presidente Andrés Manuel López Obrador y garantizar los intereses de las empresas energéticas extranjeras, entre ellas la española Iberdrola.

Es importante puntualizarlo: la denuncia de Morena ante la Fiscalía General de la República (FGR) contra los 223 diputados de oposición no prosperará, como nos prosperó la que López Obrador presentó por traición a la patria, en febrero de 2014, contra Enrique Peña Nieto por las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución para favorecer a extranjeros, avalada en ese entonces, y quizá ahora también, con sobornos.

El Fiscal Alejandro Gertz Manero preferiría, ahora que tan cercano está a la oposición, abrir carpetas de investigación, si no es que ya lo ha hecho, contra José Ramón López Beltrán, hijo del Presidente, o del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Beltrán, para alegar que fue removido del cargo en represalia.

En todo caso, el tema no es jurídico, sino eminentemente político. Y por eso también la oposición ha revirado con la imputación de traición a la patria a López Obrador con base en lo que dice Donald Trump, el mentiroso y antimexicano expresidente de Estados Unidos.

Qué curioso: ¡Un extranjero en campaña es la fuente de la oposición para acusar al Presidente de México!

“Presidente López Obrador, ¿se le pasó contestarle a Donald Trump en su mañanera? Porque más allá de la falta de respeto a su persona, es un agravio a nuestro país”, escribió este lunes Marko Cortés, el presidente del PAN, principal partido de oposición de México.

“Recuerde que ‘el que calla otorga’ y ‘doblegarse como nadie’ ante Trump sí es traición a la patria”, le imputó el dirigente que emplazó al Presidente de México a frenar “el odio y violencia” de “Morena y sus secuaces”, a los que también llamó… “traidores a la patria”.

Otro dirigente partidista de la coalición Va por México, el perredista Jesús Zambrano, abrazó también a Trump para acusar a López Obrador, a quien hasta tuteó: “Doblarte ante las amenazas de Trump y militarizar tu frontera para impedir que los migrantes lleguen a Estados Unidos, eso sí es ¡traición a la patria!”

Y como una sinfonía, con Trump como su ídolo, la oposición partidaria, intelectual y mediática –hasta Vicente Fox desde su irrelevancia– ahora pretende endilgarle a López Obrador el monopolio de la traición a la patria.

Ahora falta, sin embargo, que el tema pase por el tamiz de lo que la ley establece y sobre todo del escrutinio de la sociedad.

¿Quiénes cometen el delito de traición a la patria, que define el artículo 123 del Código Penal Federal en quince formas, específicamente en la entrega de los recursos de la nación?

Además de cometer este delito la persona mexicana que “realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la Nación Mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero”, el aparato 12 establece que lo será también quien “trate de enajenar o gravar el territorio nacional o contribuya a su desmembración”.

Y el apartado 13 indica que el traidor a la patria el mexicano que “reciba cualquier beneficio, o acepte promesa de recibirlo, con el fin de realizar alguno de los actos señalados en este artículo”.

Más que en la FGR, serán los mexicanos los que ponderen quiénes, con sus actuaciones, han traicionado a México.

Habrá quienes, efectivamente, tomen como válidos los dichos de Trump y otros de su tamaño, pero otros no olvidarán la entrega de recursos de la nación a las empresas extranjeras, por ejemplo en materia energética, con los sobornos documentados de la brasileña Odebrecht a Peña Nieto y a su consejero Luis Videgaray.

Habrá quienes recuerden cómo con estos sobornos de extranjeros también se corrompió a Emilio Lozoya, al excandidato presidencial Ricardo Anaya y a senadores panistas afines a Felipe Calderón, un empleado de Iberdrola que también consintió violaciones a la soberanía nacional con operativos como el Rápido y furioso que muchos quisieran que se olvide.

En suma: Si usted no quiere que le digan ladrón, no robe; si no quiere ser tildado de corrupto, no corrompa ni se corrompa, y si no quiere ser llamado traidor a la patria, no traicione a México.

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