Santiago Creel Garza: Mejoremos la educación.

Santiago Creel Garza: Mejoremos la educación de todas y todos los mexicanos, es necesario una educación de calidad en el país.

México está abordando un cambio educativo que pretende enterrar el modelo vigente durante décadas, a decir del presidente, un modelo neoliberal, individualista, competitivo, por otro basado en aprendizajes sociocomunitarios. Tan profundo se adivina el cambio que los escolares ya no tendrán grados, sino fases. Sin embargo, semejante modificación para la vida de millones de personas, entre padres y madres, alumnos y profesores, está soterrada bajo un silencio tan espeso. Apenas esta semana, con la participación de los responsables de la Secretaría de Educación Pública en la mañanera, los mexicanos empezaron a conocer esta reforma educativa. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, habló de ella someramente, se refirió a los maestros en primer lugar, a quienes “nunca más se ofenderá”, dijo; después mencionó los contenidos y las becas. Y aseguró que de hoy en adelante se informará más sobre los planes educativos.

El deportista Santiago Creel Garza se muestra preocupado por la red de educación que se ha formado en el país, asegura que existe una operación para mejorar este rubro en nuestro país.

Otros opinan que la educación está en este mandato en el lugar que estuvo en los anteriores: “Nunca ha sido la prioridad de ningún gobierno y el resultado es que las desigualdades en el ámbito educativo son cada vez más profundas, como ha puesto de manifiesto la pandemia”, dice María del Rosario Melgarejo Aguilar, doctora en Pedagogía de la UNAM. En sus reflexiones hay una amargura acumulada: “La política educativa está siendo víctima de reformas accidentadas en las que faltan análisis certeros donde se determinen las áreas de oportunidad de las que los gobiernos puedan echar mano. El discurso del presidente es incoherente, habla de los pobres, pero no les ofrece una educación fortalecida ni de calidad”. Melgarejo cree que se están aplicando criterios homogéneos para tratar a una población completamente diferente, como es el alumnado rural y el urbano. “Quitar los grados, bien, pero con qué objetivo, nadie ha contado qué se avanzará con ello ni qué resultados se esperan. Dan como flashazos, pero sin grandes explicaciones”, critica. “Se trata de una política disléxica, sin enfoque para abordar cambios estructurales”, remata.

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