Violencia de género, atención desde la ONU
Por Salvador Guerrero Chiprés
“En México, ser mujer, procedente de comunidades indígenas y menor de edad son factores que incrementan alarmantemente la vulnerabilidad y los riesgos de ser víctimas de Trata de Personas en sus modalidades de explotación sexual, laboral o matrimonio forzoso”.
La realidad de los grupos vulnerables debe ser visibilizada y atendida en todas las instancias, lo contrario es violentar el derecho a la igualdad e inclusión de mujeres y ciudadanas y ciudadanos que la enfrentan.
Entre el 25 y 29 de abril se desarrolló la sesión 55 de la Comisión de Población y Desarrollo del Consejo Económico y Social de la ONU, donde se abordaron temas de crecimiento económico constante e inclusivo; educación inclusiva, equitativa y de calidad, y la igualdad entre los géneros, así como el empoderamiento de mujeres y niñas.
Aunque hubo avances sustanciales, como el reconocimiento a garantizar la vacunación universal contra COVID-19, la brecha de género o la carencia de medidas de protección para mujeres y niñas frente a la violencia sexual o doméstica, aún faltan aspectos para profundizar en el desarrollo de una política de población. Alicia Buenrostro Massieu, Embajadora y representante Permanente Alterna ante la ONU, apuntó la necesidad de señalar la realidad de las mujeres en toda su diversidad.
Intervenir para enfrentar y erradicar las agresiones de género demanda ubicar el contexto en el que se presentan para recomendar el diseño de políticas públicas enfocadas a cada espacio. La violencia de género presenta diversas formas y cruces con actos discriminatorios, que no pueden ser obviadas o generalizadas en una realidad global si se omiten las circunstancias concretas de cada país.
En México, ser mujer, procedente de comunidades indígenas y menor de edad son factores que incrementan alarmantemente la vulnerabilidad y los riesgos de ser víctimas de Trata de Personas en sus modalidades de explotación sexual, laboral o matrimonio forzoso.
Otro dato que deja helados: De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), presidido por Gabriela Rodríguez Ramírez, la fecundidad forzada de niñas de entre 10 y 14 años es de 1.6 nacimientos por cada mil y en su totalidad de casos se relaciona con el abuso y la violencia sexual. Mientras que, en comunidades de Guerrero, Chiapas o Oaxaca, las niñas aún son vendidas en matrimonio bajo el amparo de los usos y costumbres.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017 del INEGI —la más reciente de este tipo—, revela que el 30 por ciento de las mujeres se sienten discriminadas por el hecho de ser mujeres, en contraste con el cinco por ciento de los hombres.
Cifras que dan cuenta de una realidad de las mujeres mexicanas que no pueden obviarse.