Línea 12: Sheinbaum se hunde

Por Martín Moreno-Durán

Primero: Sheinbaum fue mentirosa cuando culpó a “un abogado que litigó en contra del Presidente” y que ahora participó en el tercer dictamen (¿?).

Claudia Sheinbaum -la corcholata favorita de AMLO para ser candidata presidencial de Morena en 2024-, se hunde de la mano de la Línea 12 y más le valdría al tabasqueño buscarse otra opción sucesoria.

El tercer dictamen de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV), que había sido ocultado por Sheinbaum y su equipo porque los corresponsabilizaba directamente de la tragedia-, es implacable. Demoledor:

“No se cuenta con registros de mantenimiento o reparación de los componentes de concreto metálicos utilizados en la ingeniería civil que fueran proporcionados a DNV… Tampoco hay registro de reparaciones realizadas en el tramo colapsado, entre las estaciones Olivos y Tezonco, al oriente de la capital, desde la inauguración hasta la fecha del colapso”. ¡Zas!

“No hay registro de reparaciones en el tramo colapsado…”.

Hubo fallas en las inspecciones y el mantenimiento como causas concurrentes en la Línea 12 y que llevaron a que siguiera funcionando cuando no estaba apta. “El documento suma ese factor a los problemas de diseño, construcción, supervisión de la obra. (De haberse atendido estos factores), se habría evitado el colapso del tramo elevado”, establece el dictamen y la información revelada el lunes pasado por los periodistas Georgina Zerega, Elías Camhaji y Franceso Manetto en el diario El País.

Sheinbaum -quien ha renunciado a tener personalidad propia como política para convertirse en lorita de López Obrador, repitiendo todo lo que dice y hace AMLO en su afán de ganarse su simpatía para el 2024-, está metida en un grave problema que, inclusive, le costaría la candidatura presidencial de Morena.

“El tercer y último informe de DNV sobre el desplome de la Línea 12 del Metro de Ciudad de México, señala por primera vez fallas en las inspecciones y el mantenimiento…”, comprueba el documento que da pie a la reveladora información del diario español.

Por eso ocultó ese tercer dictamen la Sheinbaum: porque resultaba culpable y corresponsable -junto con Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera-, de la tragedia en la Línea 12. Responsables en construcción, corrección y mantenimiento.

La responsabilidad directa de Sheinbaum también va de la mano con sus mentiras, trampas y amenazas absurdas tras ser informada por su equipo del sentido que traía el famoso tercer dictamen de DNV. En cuanto supo de su culpabilidad, la exesposa de Carlos Ímaz -personaje que recogía dinero ilegal para entregarlo a López Obrador cuando era Jefe de Gobierno capitalino-, perdió la compostura, actuó de manera precipitada y fue de error tras error.

Primero: Sheinbaum fue mentirosa cuando culpó a “un abogado que litigó en contra del Presidente” y que ahora participó en el tercer dictamen (¿?). Hay que ser o muy tontos o muy cándidos para decir tamaña tontería. Es revivir el famoso “compló” de AMLO, ahora, a la manera de Sheinbaum. ¿Quién le creyó esto? Nadie. Absolutamente nadie. En su postura absurda, Sheinbaum entró con el pie izquierdo a defender el asunto. “DNV confirma que el informe se elaboró sin la participación de ningún experto que pudiera tener un conflicto de intereses”, respondió la empresa. Sheinbaum calló.

Segundo: Sheinbaum fue tramposa al decir que DNV había “cambiado la metodología” en el tercer dictamen y que obedecía a un “sesgo político”, luego “de que una Senadora del PAN (Xóchitl Gálvez) hablara del tema” (¿?). De inmediato, junto con su equipo, se dieron un balazo en el pie: decidir ocultar el tercer dictamen que los corresponsabilizaba, en un movimiento burdo e innecesario por una razón de fondo: si entraban en litigio contra DNV (como amenazó Sheinbaum), ese dictamen final, por fuerza, tendría qué hacerse público. Es decir: nada ganaban con esconderlo. Fueron muy torpes.

Tercero: Sheinbaum fue amenazante cuando, en un lance más descabellado que razonado, amenazó con demandar por la vía civil a DNV -una empresa respetada y con prestigio a nivel mundial, con 500 mil clientes, operaciones en 100 países, con 15 mil especialistas y más de 75 mil certificaciones de gestión-, amago que hoy parece haberse diluido. ¿Por qué? Porque DNV respondió de manera frontal: “Este informe final se entregó totalmente en apego a los requisitos contractuales, a tiempo y completo. DNV respalda la metodología empleada, los hallazgos y las conclusiones del Análisis Causa Raíz del incidente de la Línea 12 del Metro”. Además, DNV respondería ante tribunales internacionales e imparciales, y no ante un Juez o Jueza sometidos a la 4T. Sheinbaum y su equipo fueron muy inocentes, por decirlo de manera suave.

*****

O Claudia Sheinbaum es muy tonta, o sus colaboradores son muy tontos o muy lacayos para no advertirle a su jefa de la forma tan estúpida como intentó, sin éxito, descalificar el tercer dictamen de la empresa DNV sobre la tragedia en la Línea 12 del Metro. Solamente se hundieron.

Y ese hundimiento se encamina al naufragio de la candidatura presidencial del 2024 de la Sheinbaum. Ya lo veremos.

El tramo Olivos-Tezonco de la Línea 12 se desplomó.

Sheinbaum y su candidatura también se hunden.

Y lo que les falta.

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