Aumentan los costos globales y de México de la invasión a Ucrania
Los costos de la invasión de Rusia a Ucrania se incrementan en la medida en que continúe la guerra, no solo para ambos países que están en el conflicto militar, sino también para el resto del mundo, incluido México. La creciente globalización de las diferentes economías ha tenido importantes beneficios, como son la reducción de los costos de producción, el incremento de los mercados para los distintos productores, la drástica reducción en los precios de los diferentes productos para los consumidores; pero también tiene la característica de que existen importantes vasos comunicantes entre todas las economías, lo que hace que los costos se transfieran a todos los participantes en el proceso productivo por distintos mecanismos.
Un primer problema fue que las señales de este conflicto se fueron dando a lo largo de varios años, las cuales no fueron atendidas por quienes tenían la capacidad de evitarlo. La población ucraniana recuerda con temor y gran resentimiento la Holodomor (la gran hambruna ucraniana) resultado de la colectivización forzosa que impuso Rusia, en la década de los 30 del siglo pasado y que provocó la muerte estimada de más de 7 millones de personas. Por lo mismo, la relación entre ambos países no ha sido tersa, situación que se agravó con la intervención rusa e independencia de Crimea en 2014, que era parte de Ucrania.
Por otro lado, la expansión de la OTAN (Organización del Tratado del Atlantico Norte), que tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington en 1949 por doce países, tenía como objetivo defenderse mutuamente en el caso de una agresión armada contra cualquiera de ellos. El fin de la Guerra Fría en 1989 supuso nuevas formas de cooperación militar y política, permitiendo la incorporación de nuevos países integrantes, principalmente miembros de Europa Central y Oriental. En la actualidad se compone de 30 naciones y la solicitud de otras tres, entre los cuales se encuentra Georgia, Moldavia y Ucrania. Rusia consideró este hecho como una provocación importante, a lo cual se opuso desde un principio.
Así, el gobierno ruso lleva varios años preparándose para un posible conflicto militar, destacando el crecimiento de su Ejército, más y mejores armas incluyendo las atómicas, una drástica reducción de dólares en sus reservas internacionales, las cuales se han sustituido por otras divisas y oro. Sin embargo, existe un deterioro económico importante dentro del país, ya que el ingreso per capita ha caído en cerca de 40 por ciento, en términos reales, en los últimos ocho años. Hoy el PIB de Rusia es menor a 6.0 por ciento de lo que tiene Estados Unidos o Europa.
A pesar de lo anterior, Rusia y Ucrania son productores importantes de granos, con cerca de 20 por ciento de la producción mundial. Además de que el primero es el principal proveedor de petróleo y gas para Europa Occidental. El actual conflicto ha provocado una reacción de distintos países, imponiendo sanciones a Rusia, entre las cuales se encuentran prohibiciones a inversiones, importaciones y exportaciones, transacciones financieras, sanciones a importantes instituciones financieras rusas, así como bloqueo a operaciones financieras, congelaciones de activos de ese país, restricción al acceso al sistema financiero global y varias más.
Como resultado, su tipo de cambio ha tenido una importante devaluación y las tasas de interés ya se encuentran en 20 por ciento, después de ser inferior a 9.0 por ciento. Además, ante el temor de un congelamiento de los depósitos bancarios se está registrando un retiro importante de los mismos por parte de los ahorradores, poniendo en grave riesgo a su sistema bancario.
No solo la economía de ese país tiene impactos negativos por la invasión a Ucrania, sino el resto del mundo ha sufrido un fuerte ajuste, destacando el incremento en los precios de los granos, lo que inevitablemente afectará a los consumidores mexicanos en el precio del pan y pastas. Además, los precios de los energéticos han subido de manera drástica.
Tal vez la más preocupantes de estas sanciones pudiera ser la imposibilidad de que funcione correctamente el sistema financiero ruso, al impedirle hacer transferencias internacionales. Esto significa que no podría recibir el pago correspondiente por sus exportaciones, destacando las de petróleo y de gas. Además, no podría hacer frente al pago del servicio de la deuda del gobierno y de miles de empresas. Esto pone en grave riesgo a diferentes bancos en el exterior.
De mantenerse estas restricciones, habrá un riesgo latente para el sistema financiero de los demás países, lo que significa que el crecimiento de las economías será menor -incluido México- y la inflación mayor. En este entorno la aprobación en su forma original de la reforma eléctrica propuesta al Congreso agravará aún más la situación económica del país.