El dinero no es todo en la vida


En economía existe un concepto básico que puede explicar un buen número de nuestras decisiones y nos da elementos para reflexionar si el camino elegido es el correcto. Se trata del “ingreso no pecuniario”, y es sencillamente una ganancia ajena a los “pesos y centavos”; es un beneficio subjetivo de la persona. Veamos algunos ejemplos.

1.- Una controversia frecuente es sobre la compra de una vivienda. Hay quienes sostienen que es la peor inversión porque ese recurso podría ser destinado a una alternativa más rentable; sin embargo, habrá de sumarle el “ingreso no pecuniario”, como sería el sentimiento de seguridad y realización al habitar en un sitio que te pertenece.

2.- Una frase famosa reza: “tener hijos no es negocio” y en efecto, está lejos de ser una resolución patrimonial. La razón se encuentra vinculada con pensamientos muy alejados del dinero, como la trascendencia, el amor, la satisfacción de formar una familia.

3.- Cuando le preguntan a una persona las principales “cualidades” a contemplar al buscar un trabajo, por lo regular nunca menciona el salario en primer lugar. Hay otros deseos como el reconocimiento a la labor llevada a cabo; la apertura para las ideas creativas; el sentido de propósito de la actividad; en fin, muchas cosas que es difícil medir de manera monetaria.

4.- Se ha encontrado en encuestas que uno de los gastos más apreciado es el relacionado con las experiencias, como podría ser viajar o convivir con amigos. Visto desde una perspectiva meramente financiera, podría ser condenable, pues es una sensación efímera; empero, el recuerdo de esas ocasiones bien podría valer la pena.

5.- En este rubro “no pecuniario” entran una infinidad de compras, como serían las que te elevan el estatus y de los cuales se aprovecha el marketing de las marcas para vender más, como podría ser la ropa, los autos, la joyería o incluso, los avances tecnológicos, como adquirir el último modelo de celular.

Debemos tener cuidado de estar conscientes del “ingreso no pecuniario” porque también podría provocar serios problemas financieros, como sería, por ejemplo, los juegos de azar, que proporcionan euforia a través de las endorfinas, pero conducen a grandes pérdidas materiales.

El punto central es aceptarlo y asimilarlo como parte de la decisión para evitar cegarnos con la “rentabilidad emocional”. Es una razón relevante para mantener un “freno de mano” con un presupuesto y saber cuál es la capacidad de las percepciones, para ser responsables de nuestro futuro financiero.

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