Las libertades y las mujeres
Por Héctor L. Frisbie
Históricamente el contexto de libertad de las mujeres ha sido acotado predominantemente por autoridades y sociedades masculinas.
En el año 1997 la historiadora de la Universidad de Illinois especializada en medicina y salud en las mujeres publicó el libro “When Abortion was a Crime” “Cuando el Aborto era un Crimen” Mujer, Medicina y Ley en los Estados Unidos 1987-1973. En este libro narra la lucha de las mujeres para que un procedimiento quirúrgico para interrumpir el embarazo dejara de ser considerado un crimen y los estados y sus sistemas de salud le permitieran a las mujeres realizar este procedimiento.
El veintidós de enero de 1973 la Suprema Corte de los Estados Unidos en el caso conocido como Roe versus Wade otorgó libertad constitucional a las mujeres embarazadas para realizar un aborto sin que éste se considerara un crimen.
En días recientes a través de una filtración de un empleado de la suprema corte de los Estados Unidos se posicionó en las noticias la posibilidad de que esta ley, Roe versus Wade, fuera revertida y una vez mas la práctica del aborto fuera considerada un crimen. En un sistema legal predominantemente controlado por hombres se pretende ejercer control de las libertades de las mujeres. En su argumentación se acorrala a los argumentos en razonamientos ideológicos y religiosos; las evidencias en salud pública no son consideradas como primordiales ignorando que en sociedades en las cuales el acceso al aborto seguro es posible, la mortalidad materna se disminuye y no se modifica la frecuencia de la realización de este procedimiento.
Es importante entender que en la realidad las sociedades que prohíben el aborto sólo prohíben el aborto seguro ya que la práctica de este procedimiento no se disminuye. Desafortunadamente el 50 por ciento de los abortos en el mundo aún se practican con restricciones legales, religiosas, ideológicas, económicas que incrementan la tasa de complicaciones y mortalidad materna como un indicador de injusticia e inequidad
El acceso al aborto seguro es un indicador más de desigualdad, discriminación, misoginia y racismo. El acceso al aborto seguro tiene significativas diferencias en su acceso. Si quien solicita se realice un aborto a una mujer es un hombre la posibilidad del acceso se incrementa hasta en un 95 por ciento. El nivel socioeconómico permite de manera directamente proporcional a mayor ingreso y nivel socioeconómico mayor acceso a abortos seguros. Incluso con frecuencia mujeres de posición socioeconómica solvente viajan al extranjero a practicarse un aborto diciendo que van a estudiar, de vacaciones o de compras.
Históricamente el contexto de libertad de las mujeres ha sido acotado predominantemente por autoridades y sociedades masculinas. En cuestiones que atañen única y exclusivamente a las mujeres ellas tienen el derecho a decidir y a luchar por lo que en el hombre se considera ” natural” y en ellas tiene que ser una conquista. Signos de violencia contra ellas hacen en minúsculas las protestas que pintan, rompen o gritan. El día que seamos capaces de ver como nuestras iguales para construir un mundo mejor las mujeres no tendrás necesidad de reclamar, romper, pintar o destruir en un acto de desesperación al cual nosotros como personas, como sociedad y como autoridades les hemos acorralado.