¿Qué nos dicen los pronósticos de tipo de cambio?

Tengo que confesar que, en mis años como analista y pronosticador, siempre me ha llamado la atención el profundo interés que algunos participantes tienen en el pronóstico del tipo de cambio. Desde luego, no me refiero a la importancia per se de tal variable financiera, sino de lo que ven dichos agentes en el pronóstico mismo. El acceso a proyecciones de tipo de cambio es sencillo, de hecho, es un elemento abundante. Bancos centrales, corredurías y servicios de provisión de datos se abocan a consolidar encuestas de expectativas entre analistas del sector privado, donde el tipo de cambio es un ítem infaltable. En este contexto, y siendo yo mismo uno de esos analistas, me permito presentar cuatro reflexiones.

Primero, el pronóstico usualmente solicitado es el nivel de cierre anual, pero ¿qué significa esto? ¿Deberíamos interpretar el estimado como aquel del nivel de tipo de cambio al cierre del 31 de diciembre? Si este fuera el caso, valdría la pena preguntarnos cuál es el valor analítico o de negocio de conocer el estimado de uno de los 250 días de operación anual. Su importancia podría ser rescatada si asumiéramos que la trayectoria durante el resto del año es una línea recta entre el nivel de cierre de hoy y el estimado o pronóstico disponible para el cierre del año. En este caso, cualquiera que observe la dinámica cambiaria tanto de mediano como de corto plazo sabría que lo anterior no sería muy aconsejable.

Uno de los principales usuarios del pronóstico son las tesorerías de corporativos, con fines de planeación presupuestal. En este sentido, ¿no sería más útil el utilizar un estimado promedio para el año? De manera similar a la que éstos utilizan el pronóstico de crecimiento económico para el año en turno -en forma de promedio.

Segundo, aquellos usuarios activos del pronóstico de tipo de cambio deberían tener en mente la amplia dispersión que suele existir entre las proyecciones de los analistas. Por ejemplo, en la más reciente “Encuesta Citibanamex de Expectativas” coexisten estimados de cierre de año tan lejanos como 19.20 y 21.70 pesos por dólar para el cierre del presente año. Desde luego, se opta por darle un peso al “consenso” que puede ser representado tanto por el promedio como por la mediana, considerando todos los estimados disponibles. Aquí la diferencia también suele ser variable. Actualmente dicha diferencia es equivalente a casi 20 centavos (promedio de 21.02 frente a una mediana en 21.20) -misma que puede resultar significativa en una planeación presupuestal.

Tercero, me atrevo a sugerir que los estimados de tipo de cambio son de los elementos más cambiantes en las encuestas. En el caso de la Encuesta Citibanamex, la mediana del estimado de tipo de cambio al cierre del presente año se ha modificado en cerca de 40 centavos desde que comenzó el mismo, lo que significaría una apreciación de casi 2% -cambio de magnitud ya relevante desde el punto de vista cambiario.

Cuarto, y en un tono más constructivo, al final del día los estimados de tipo de cambio y su dinámica durante al año podrían ser útiles en deducir la visión que el analista tenga sobre el dólar ya sea relacionada con la expectativa de diferenciales de tasa de interés y/o como resultado de la interacción de primas de riesgo. Lo anterior, sabiendo que el peso mexicano poco se pertenece a sí mismo, es decir, a menudo tiende a reflejar factores distintos a eventos locales o idiosincráticos.

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