Tabaquismo, nicotina y vapear

Por Héctor L. Frisbie

El uso de vapeadores ha sido introducido al mercado desde hace aproximadamente 10 años por la industria del tabaco.

Lo extendido y normalizado de la adicción a los productos encargados de la combustión de tabaco y sustancias asociadas nos obliga a quienes hemos decidido ser promotores y educadores en salud a facilitar el entendimiento del papel que juegan estos productos en la salud individual, la salud comunitaria, el impacto en la salud pública y los elevados costos asociados para atender estas enfermedades prevenibles.

La nicotina como un producto aislado ha sido ensayado para entender si acaso hay algún beneficio para la salud. Es importante aclarar que las investigaciones no han sido a la combustión de productos conteniendo tabaco, es a la nicotina como estimulador de receptores de sistema nervioso el cual en muchas de sus funciones escapa de nuestro control.

Estos receptores (nicotínicos) se encuentran en todo el organismo incluido el sistema nervioso central, el cerebro. Consumir productos de combustión de tabaco nos hace usuarios de sustancias psicotrópicas, muchas de ellas contenidas en cigarrillos, vapeadores o cigarrillos electrónicos son poco entendidas aún.

Lo que sí sabemos es que si una persona menor de 21 años de edad se expone a una sustancia psicotrópica hay hasta un 70 por ciento de riesgo a generar adicción y “necesitar” esa sustancia para no desencadenar ansiedad y otros trastornos de conducta, cognitivos y degenerativos en la vida futura. Esto lo saben los fabricantes de estos productos, la industria del tabaco, y es por ello que un claro objetivo de sus estrategias de comercialización son las personas jóvenes.

Estas estrategias de comercialización han encontrado la forma de burlar las barreras para anunciarse como lo hacían hasta hace unos años. Las estrategias ahora incluyen la utilización de personalidades, comunicadores, políticos, servidores públicos, incluso personal de salud en todos los niveles.

El uso de vapeadores ha sido introducido al mercado desde hace aproximadamente 10 años por la industria del tabaco. Al identificar la tendencia de las restricciones al consumo de cigarros, actualmente las empresas tabacaleras poseen más del 90 por ciento de la industria del vapeo y en 2021 reportaron ganancias de alrededor de 58 mil millones de dólares.

Es muy importante aclarar que el único uso temporal de vapeadores aceptado en la literatura es para que las personas adictas a productos del tabaco dejen de consumir. Su uso esperado es de corto plazo, no más de 6 meses, siempre en dosis menores cada día. Cualquier otro uso es una conducta adictiva y no hay recomendación alguna, es una adicción y debe tratarse como tal.

La histórica y larga lista de sustancias usadas por las personas para modificar su estado de ánimo debido a sus efectos en el sistema nervioso central incluye a la cocaína, heroína, alcohol, nicotina entre otras. Muchas de ellas han sido legales e incluso recomendadas por autoridades de salud. La batalla para retirarles del mercado siempre ha sido con mucha resistencia, mucho dinero y mucha corrupción. La industria del tabaco tiene dinero y sabe que hay personas que alquilan, rentan y moldean su moral y sus difuminados principios para hablar a su favor. Debemos decidir en qué lado de esta dicotomía nos colocamos, a favor o en contra de una adicción que enferma, cobra vidas y genera inmensos costos en salud. No hay más posiciones.

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