Para la oposición no habrá final feliz en el 2024
Por Pedro Mellado Rodríguez
“Todo parece dispuesto para que en el 2024 Morena vuelva a ganar la Presidencia de la República, sin importar el candidato, entre Marcelo Ebrard Casaubón o Claudia Sheinbaum Pardo, quienes hasta hoy parecen ser los que están mejor perfilados para la postulación”.
La enorme influencia administrativa y de Gobierno, así como el determinante control territorial que ejercerán en por lo menos 22 de los 32 estados del país durante los próximos dos años y medio, le darán a Morena y sus aliados una fuerza determinante para ganar los comicios presidenciales del 2024.
En los más recientes cuatro años, del 2018 al 2022, la coalición encabezada por Morena ha ganado 20 gubernaturas, en tanto que sus aliados de los partidos Encuentro Social y la coalición Partido-Verde Partido del Trabajo, se han adjudicado dos triunfos más: en Morelos y San Luis Potosí, respectivamente. Con el control de esas 22 entidades, Morena avanzará en caballo de hacienda hacia la victoria en el 2024.
Sin embargo, el trago amargo para la oposición y la sucesión interminable de derrotas que PAN-PRI-PRD han experimentado desde el 2018, podría continuar el año próximo cuando se jugarán dos gubernaturas de las tres que todavía quedan en manos del PRI: Estado de México, la joya de la corona, y Coahuila.
La más importante, sin duda, es el Estado de México, la entidad del país con más habitantes y con más potenciales votantes de toda la República.
El PRD prácticamente desapareció del escenario nacional y sólo le mantiene con vida artificial su alianza con PAN y PRI, pero en los más recientes cuatro años perdió las cuatro entidades que administraba: Ciudad de México, Tabasco, Morelos y Michoacán.
Mientras que el PRI se desfiguró por completo en ese mismo periodo, en el que perdió 12 gubernaturas y actualmente sólo conserva tres: Estado de México, Coahuila y Durango, esta última la ganó apenas el pasado 5 de junio del 2022, apuntalado por su alianza con PAN y PRD.
Y el PAN, que del 2018 a la fecha ha perdido 8 gubernaturas, para quedarse sólo con 5: Aguascalientes, que retuvo el pasado domingo 5 de junio del 2022, además de Guanajuato, Yucatán, Chihuahua y Querétaro.
La superioridad de Morena y sus aliados en los tres más recientes procesos electorales ha sido aplastante: en los comicios del 2018, de nueve gubernaturas disputadas ganaron seis. En 2019, en elecciones extraordinarias, el morenista Miguel Barbosa Huerta ganó los comicios de Gobernador en Puebla.
En el 2021 Morena y sus aliados ganaron 11 de 15 gubernaturas, entre ellas, siete que estaban en poder del PRI. Morena retuvo la gubernatura de Baja California y en esos mismos comicios, la coalición afín a Morena, integrada por el Partido Verde Ecologista y por el Partido del Trabajo, se adjudicó la gubernatura de San Luis Potosí.
El reciente domingo 5 de junio del 2022 Morena y sus aliados ganaron cuatro gubernaturas más: Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo. Las dos primeras se las arrebató al PRI y las otras dos al PAN.
DOMINIO APLASTANTE
Morena gobernará rumbo al 2024 un total de 20 entidades, con una población que suma casi 70 millones de habitantes, que representan el 54 por ciento de la población total del país.
En esas 20 entidades que estarán gobernadas por Morena viven también más de 52 millones de ciudadanos con credencial de elector, potenciales votantes que podrían acudir a las urnas en el 2024. Esos potenciales sufragantes representan el 56 por ciento de la Lista Nominal de Electores del país.
Pero si a la población de las 20 entidades que estará gobernando Morena rumbo al 2024 le agregamos los habitantes de los Estados de Morelos y San Luis Potosí, que administran sus aliados de Encuentro Social, Verde Ecologista y Partido del Trabajo, la suma total de población sería cercana a los 74 millones de personas, que representan el 58 por ciento de toda la población de la República.
En estas 22 entidades hay casi 56 millones de votantes potenciales, que representan más del 60 por ciento de la Lista Nominal de Electores del país.
Los gobiernos de Morena y sus aliados tendrán todavía dos años para hacer los ajustes necesarios para que sus estructuras y estrategias electorales funcionen en esas 22 entidades.
Mientras que enfrente, rumbo al 2024, el PAN estaría administrando los destinos de los habitantes de Guanajuato, Chihuahua, Querétaro, Yucatán y Aguascalientes, que suman una población de 15 millones de habitantes y poco más de 11 millones de potenciales votantes.
El PRI todavía tendrá que enfrentar el trago amargo de jugar en 2023 las gubernaturas del Estado de México y de Coahuila. Mientras tanto, gobernará sobre 21 millones de habitantes y 15 millones de potenciales sufragantes. Estado de México es la entidad del país con más habitantes, casi 17 millones, y más votantes potenciales, 12 millones de ciudadanos con credencial de elector.
Movimiento Ciudadano, que todavía no define si en el 2024 jugará con la alianza opositora, gobierna actualmente Jalisco y Nuevo León, que suman una población de más de 14 millones de habitantes y más de 10 millones de potenciales votantes de 18 años de edad y mayores. Por su población y sus votantes potenciales, Jalisco y Nuevo León son las entidades número tres y número siete del país, respectivamente.
LOS MÁS GRANDES
Otra de las ventajas que tiene Morena es que hasta el momento gobierna en seis de las 10 entidades más pobladas y con más votantes de la República: Ciudad de México, la segunda más importante del país; Veracruz, la cuarta en relevancia; y en orden descendente, Puebla, número cinco; Chiapas, número ocho; Michoacán, número nueve y Oaxaca, número 10.
Los tres últimos procesos electorales han mostrado que un segmento mayoritario de la población ya no quiere regresar con PRI, PAN y PRD. En tanto que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sigue conservando altos índices de aprobación, por encima del 60 por ciento y su influencia sigue siendo determinante en las urnas, aunque no esté presente en la boleta electoral.
Los esfuerzos de la oposición por erosionar la fuerza y la credibilidad del Presidente López Obrador han sido estériles. Su determinación de obstaculizar las reformas constitucionales promovidas por el primer mandatario se les revierte en reproches y reclamos. Mientras que la fidelidad del voto duro en favor de Morena se traduce en cíclicas derrotas para PRI, PAN y PRD.
Todo parece dispuesto para que en el 2024 Morena vuelva a ganar la Presidencia de la República, sin importar el candidato, entre Marcelo Ebrard Casaubón o Claudia Sheinbaum Pardo, quienes hasta hoy parecen ser los que están mejor perfilados para la postulación.