Un país a medias

Por Adrián Trejo

Mañana será inaugurada la refinería de Dos Bocas -rebautizada como Olmeca-, sin que se produzca el litro de gasolina que el Presidente prometió al inicio de su gestión.

De hecho, la refinería solo tiene concluida la construcción de las oficinas generales pero las plantas, con todo y su infraestructura, para procesar el petróleo, tardará quizá hasta el año entrante.

Todo eso lo saben los seguidores del presidente López Obrador y, sin embargo, el evento servirá para la pachanga que preparan los morenistas con motivo del cuarto año del triunfo electoral del mandatario.

La refinería, cuyos costos se multiplicaron, será inaugurada en las mismas condiciones en las que fue inaugurado el aeropuerto Felipe Ángeles: a medio terminar.

Igual a medio terminar se encuentran las 100 – ¡cien! – universidades del bienestar que prometió el jefe del Ejecutivo en su toma de posesión.

Tampoco se sabe dónde se están sembrando los millones de árboles “frutales y maderables’’ con los cuales los campesinos iban a salir de pobres ni se sabe el destino de los millones de árboles que se han cortado de la selva quintanarroense para abrir paso al tren maya.

Sobre los árboles frutales y maderables, no se ha dicho en qué vivero se siembran ni quiénes son los encargados de transportar y plantar; ni una foto existe de tales viveros.

Igualmente se desconoce el destino de los millones de árboles cortados y que se presuma son de maderas preciosas.

¿Quién es el ganón de esa deforestación?

Igual con la madera obtenida se podrían hacer cientos y cientos de escuelas en donde el clima permitiera ese tipo de construcción.

Nada de lo anterior opacará la fiesta de la 4T, o mejor dicho del Presidente.

Debería guardarse algo para 2026, cuando los especialistas estiman que la refinería trabajará al 100%.

A ver.

¿Cómo tomaría Claudia Sheinbaum el nombramiento de César Yáñez como nuevo subsecretario de Gobernación?

Yáñez fue injustamente castigado por haberse casado con una empresaria que organizó una megafiesta fifí, cosa que no le gustó a López Obrador.

Tres años y medio estuvo semi oculto en una oficina de Palacio Nacional; a pesar de ello, no perdió sus contactos con medios y empresarios.

Su designación como subsecretario de Gobernación se lee como un reforzamiento del equipo de Adán Augusto López, quien deberá aprovechar la buena imagen de su nuevo colaborador para acercarse con todos los grupos que ha desdeñado por hacer su campaña política.

Suerte.

Entre los funcionarios en los que confía López Obrador “el relevo generacional’’ se encuentra Ricardo Peralta, exsubsecretario de Gobernación y exadministrador general de Aduanas.

Desde su salida de Gobernación, Peralta ha mantenido un perfil mediáticamente, pero ha seguido recorriendo el país con el nombramiento de coordinador nacional de la “Alianza Patriótica Por la 4T’’.

Especialista en inteligencia y contrainteligencia, anticorrupción e impunidad, aplicación de la justicia, fiscalización, régimen jurídico en comercio exterior y seguridad nacional, Peralta fue propuesto por el Presidente de México para formar parte de la terna para la Fiscalía Anticorrupción y apoyado por la UNAM y más de 40 organizaciones de la sociedad civil.

Veremos cómo se desempeña en estos tiempos de definiciones y cuchillos largos en Morena.

Un tráiler con decenas de migrantes cruza por la frontera entre México y Estados Unidos.

Pasa dos puestos de control como si estuviera en el patio de su casa y días después se descubre el horror.

¿Negligencia, corrupción?

¿Qué será, qué será?

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