Reunión de trabajo con Biden
–Yo, al presidente de Estados Unidos que respeto mucho es a Rújvel. Las mentes más privilegiadas de México me han dicho que soy como él, en versión mejorada. Con el que me identifico mucho es con Juárez. Un gran hombre. Es el autor de la segunda transformación de la vida pública. ¿Sabe que a Mussoli..?
–(No recuerdo si me tomé la pastilla. Tengo que preguntarle a Jill. Qué corbata tan verde. Y casi le llega al piso. ¿Cómo hará para que no se le manche de salsa? Espera: ¿eso es guacamole?)
–Y soy el segundo Presidente más popular del mundo, después del de China. ¿Perdón, Marcelo? Ah, sí, del de India. ¿Cómo se llama? Eso, Narnia Mornin. Por eso ayer fueron a ovacionarme al hotel. Es por los programas sociales. Si usted implementa Sembrando Vida, sube su popularidad y se acaban la inflación, el desempleo y la violencia. Estamos muy preocupados por los tiroteos en su país… ¿Le he hablado de “Abrazos, no balazos”?
–(¿Quién será Rújvel? “Abrazos” es “hugs”, ¿verdad? ¿De qué estará hablando? Tengo que preguntarle a Jill si pasearon a los perros hoy. Tengo que preguntarle también de su amigo el chef, el de la comida mexicana. López pidió algo llamado “gorditas” para cenar y ni los migrantes de la cocina del hotel pudieron hacer nada. ¿Le habrá caído mal la hamburguesa y por eso se está derritiendo en la silla? Uy, ¿eso es un infarto cerebral o un tic?)
–En su viaje a México, tuve la oportunidad de contarle a la presidenta Kalahua que Porfirio Díaz dijo…
–(¿Está mal mi reloj o lleva 22 minutos de intervención? Bueno, al menos no tienes la sensación constante de que puede manosear a alguna colaboradora, como pasaba con Trump. ¿Entendí bien y está hablando de los aztecas?)
–Mi activista favorito es Jesucristo, por su amor a los pobres. La próxima vez que vaya a México voy a organizar una tamalada con Solalinde. Lo tiene que conocer…
–(Creo que sí es infarto cerebral. O Covid largo. Se debe haber contagiado seis o siete veces. Me asegura Salazar que las fotos donde sale mordiendo niñas no son memes.)
–Tengo el remedio para el hambre en el mundo, pero la ONU se niega a escucharme. Está vendida a las grandes empresas y los gobiernos neoliberales.
–(Dios mío. Un accidente nuclear. Un brote de virus devoradores de cerebros. Una declaración de guerra de Putin. Cualquier emergencia, pero que acabe esto.)
–El Covid solo podremos derrotarlo con la fraternidad universal. A propósito, si ocupan gasolina barata en la frontera, adelante.