Morena – Elección: el cochinero

Por Martín Moreno-Durán

Vamos, hasta desde dentro se adelantó el cochinero de Morena, que fue calificado de “prefigurado y de mala calidad” por el Senador morenista Ricardo Monreal. Hasta los de casa sabían del desaseo democrático.

Robo de urnas.

Relleno de urnas.

Destrucción de urnas.

Quema de boletas.

Urnas quemadas.

Compra de votos.

Acarreados.

Votos inducidos y bajo presión.

Condicionamiento de programas sociales.

Boletas apócrifas.

Trampas electorales.

Detenidos.

Peleas a golpes entre militantes.

Niños votando.

Peleas verbales entre las mascotas de AMLO.

Violencia.

Esto es Morena.

Este es el cochinero del partido Morena, de López Obrador, el pasado fin de semana. Esta es su forma de destrozar a la democracia. Esta es la manera como operan: como animales.

Y así lo quieren hacer en 2024: robarse, literal, la elección presidencial.

Lo ocurrido durante la elección de congresistas nacionales de Morena en 20 estados del país nos arroja, de botepronto, dos escenarios inmediatos.

Primero: Morena, el partido de López Obrador, el partido en el Gobierno, carece de talante democrático. El batidillo electoral que hicieron es espejo fiel de lo que ocurre dentro del Gobierno de la 4T: se ignora la ley, se pisotean los derechos ciudadanos y a punta de violencia se pretende imponer la ley del más salvaje. Bajo la máxima del mesías: “A nosotros no nos vengan con que la ley es la ley…”, los morenistas convirtieron su jornada electoral en una pelea de perros y marranos, entre el lodazal de su autoritarismo y la antidemocracia de sus intenciones: imponer, a la mala y no con votos, a sus candidatos.

Segundo: visto el cochinero de Morena en cuestiones electorales, al resto de ciudadanos, fuerzas políticas, periodistas no domesticados, intelectuales, organismos autónomos, maestros, universidades, centros de estudio, y demás, no queda otra opción: defender, con todo y contra todo, al Instituto Nacional Electoral (INE) ante el embate autoritario que se viene desde Palacio Nacional mediante esa regresiva y tramposa propuesta de ley electoral que pretende regresar al Gobierno la organización, el control y la calificación de la próxima elección presidencial de 2024. Aprobarla significaría, nada menos, la muerte de la democracia mexicana y la entrada a una nueva era: la dictadura populista de AMLO, Morena y compañía.

“Llevarlos a votar no está prohibido…”, dijo el presidente de Morena, Mario Delgado. ¡Vaya, vaya! Ahora resulta que acarrear en camión a los votantes, darles de comer y entregarles dinero para que voten por determinado congresista no está prohibido. Para Delgado no existe, tampoco, el valor entendido, el “yo te llevo pero tú me das tu voto”. Sinvergüenzas.

Vamos, hasta desde dentro se adelantó el cochinero de Morena, que fue calificado de “prefigurado y de mala calidad” por el Senador morenista Ricardo Monreal. Hasta los de casa sabían del desaseo democrático.

Todos vimos el cochinero electoral de Morena. No lo vieron quienes no lo quisieron ver. Allí están las fotos, los testimonios, las historias, las pruebas, los hechos que demuestran la porquería de elección del fin de semana. Como en los años dorados del viejo régimen: a punta de violencia. De milagro no hubo bala.

Y estos son los que quieren derrocar o desaparecer al INE y controlar ellos –y desde Palacio Nacional–, la próxima elección presidencial. Estos son los que quieren suplantar al INE: una horda de caníbales que nada conocen de democracia y todo saben de autoritarismo. Ellos son quienes buscan sustituir o desaparecer al INE desde la Cámara de Diputados, vía la iniciativa de AMLO.

¿Pruebas? Van:

“Morena está a favor de que las funciones que hoy hace el INE, regresen a la Secretaría de Gobernación”, aseguró Sergio Gutiérrez Luna, representante (entonces) de Morena ante el INE. (La Razón/ Jorge Chaparro/ 26-Mayo-2021).

Aún más:

El pasado 30 de marzo, durante su mañanera, López Obrador propuso desmantelar al INE mediante una reforma constitucional para que “el pueblo” (léase, sus fanáticos y mascotas) elija a los consejeros del instituto y a los magistrados del Tribunal Federal Electoral de la Federación. A mano alzada en la plaza pública. Sí, a la manera tramposa y populista del tabasqueño.

Otra prueba de la embestida de AMLO en contra del INE:

Entre diciembre de 2018 y abril de 2022, López Obrador mencionó al INE durante… ¡299 conferencias mañaneras! De ellas, el 63 por ciento fueron menciones negativas.

El objetivo de AMLO y Morena:

Controlar las elecciones en 2024 para asegurar, al precio que sea y como sea, que la candidata o candidato de la 4T siga gobernando en el próximo sexenio, lo cual, desde ahora hay que decirlo, acabaría por convertir a México en un ente del socialismo latinoamericano influenciado por Cuba, Venezuela y Nicaragua. Se quieren robar la elección, pues.

¿Lo vamos a permitir?

Hoy por hoy, decir #YoDefiendoAlIne no es un simple hashtag ni mucho menos una moda en redes sociales. No. Implica cerrar filas con el instituto electoral ante el embate que viene con la discusión y votación de la ley electoral de López Obrador que pretende minar al INE y dar el primer paso para que sea el Gobierno quien tenga el control de la próxima presidencial. Sería, en la praxis, un retroceso democrático brutal para México.

AMLO y Morena quieren destruir al INE.

Por eso, hay que defender al INE.

Al precio que sea.

Hasta donde tope.

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