La seguridad no es gasto, es inversión
Invertir en capacitación para policías, aumentarles el sueldo y prestaciones, equiparlos con mejor armamento y uniformes, así como adquirir y actualizar los programas de ciberseguridad, no es un gasto, es una inversión.
La austeridad que aplica el Gobierno de México a rajatabla, facilitó que un grupo de hackers entrara a los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), demostrando a otros grupos, ya sean activistas o criminales, que en este país no existe protección a información sensible -institucional o de ciudadanos- ni de seguridad nacional.
La extracción indebida de información es reflejo de la vulnerabilidad que tiene el país y aunque el presidente, Andrés Manuel López Obrador, diga que no está preocupado porque no tiene nada que ocultar, sí es alarmante que información de seguridad nacional, que el mismo primer mandatario ha ordenado guardar en diversas ocasiones, ahora esté en manos de cualquiera.
Así como esta información llegó a Latinus, que éticamente decidió borrar nombres de personas para no ponerlas en riesgo, también puede haber llegado al crimen organizado que tiene recursos de sobra para comprar los documentos que le permitan fortalecerse, aún más, a costa de la propia información del Gobierno.
La autonomía de poderes ha permitido que cada órgano como el Senado de la República, la Cámara de Diputados y la Corte determinen la inversión que hacen, entre otros rubros, en ciberseguridad.
Desde abril de 2021, 24 HORAS publicó que el Senado gastó en 2020 al menos 100 millones de pesos para proteger los datos sensibles de 128 senadores y procesos legislativos. Dicha inversión fue justificada al reconocer que México es el décimo país más atacado a nivel mundial, de ahí que se hayan visto obligados a ejecutar acciones para lograr el aumento de su resiliencia en seguridad de la información.
De esta manera, resulta difícil creer que las grandes instituciones de seguridad del país no hayan tomado las acciones necesarias para resguardar toda la información sensible.
En el Estudio sobre ciberseguridad en empresas, usuarios de internet y padres de familia en México 2021 de la Asociación de Internet MX, señala que los ataques de ciberseguridad son el tercer riesgo mayor a nivel mundial, detrás de los cambios climáticos y los desastres naturales.
Incluso, de acuerdo con datos del Foro Económico Mundial, las organizaciones que han adoptado esquemas de atención y gestión de riesgos formales han tenido una incidencia menor de vulneraciones de seguridad.
De ahí que la actualización de los sistemas y aplicaciones son las medidas de protección que mejor resultado han tenido, además de una estrategia integral de seguridad que no dependa únicamente de una sola herramienta, sistema o persona. Lo que se ve difícil en los gobiernos de la Cuarta Transformación.