Cuarto año: servir y gobernar
Por Salvador Guerrero Chiprés
“El Cuarto Informe de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, demostró la expectativa creciente, en el sentido de la proyección y consolidación local y nacional”.
Se le atribuye al escritor indio Rabindranath Tagore, pero yo se la escuché a un buen amigo líder de la comunidad judía en nuestro país: quien no vive para servir, no sirve para vivir.
En la Ciudad de México, hay ahora una reinterpretación prospectiva: quien no gobierna para servir, no sirve para gobernar. Durante cuatro años de 4T, en la capital nacional se ha hecho evidente el fortalecimiento de capacidades sociales para ampliar espacios de participación que llevan a un replanteamiento y transformación de la política pública. Sería imposible sin liderazgo cotidiano y la consecuente concertación por definición colaborativa entre actores económicos, sociales, políticos.
Este lunes, el Cuarto Informe de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, demostró la expectativa creciente, en el sentido de la proyección y consolidación local y nacional de una forma de gobernar que atrajo a gobernadores, empresarios, liderazgos institucionales y populares presentes en un auditorio nacional repleto y al que costó tanto trabajo ingresar como a un clásico América-Chivas.
En CDMX los datos muestran un avance en materia de seguridad pública y, en concreto, en el combate a la violencia de género. La primera registra una baja de 54 por ciento en la incidencia de alto impacto entre 2019 y 2022, comparando los primeros ocho meses de cada año.
La segunda registra, por ejemplo, que el número de feminicidios, gravísimo crimen, decreció un tercio. Mucho está pendiente aún, pero es indudable que, en contraste con la reticencia habitual en declarar o implementar la Alerta de Género, la actual administración ha adoptado la causa completa.
Estrategias integrales como senderos seguros, identificación temprana de riesgo feminicida, modificaciones legales para sacar a los agresores de los hogares, una vía de atención emergente como la Línea SOS *765, todo ello respaldado en políticas públicas y en una modificación cultural impulsada desde el gobierno que busca la igualdad sustantiva, es parte de una manera de gobernar que es tanto sensible como disciplinada en su compromiso ante los problemas.
En más de 3 mil denuncias por violencia digital y la eliminación de contenidos del espacio virtual, tras la reforma que dio paso a la llamada Ley Olimpia, o 199 agresores sexuales con sentencia condenatoria, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia, encabezada por Ernestina Godoy, se da cuenta de una conciencia ciudadana y gubernamental crecientemente alerta e intolerante ante los abusos de género.
“Ser mujer gobernante tiene además la responsabilidad de mostrar a todos, pero en particular a las niñas y a las jóvenes (…) que estamos destinadas a ser lo que soñamos ser”, dijo la Jefa de Gobierno al presentar su cuarto Informe. Sintetizó así una comprometida y actuante empatía necesaria con ellas y el soporte de políticas públicas que impulsen igualdad sustantiva.
Si una gobernante tiene alma ciudadana, decisión y sensibilidad, disciplina y firmeza, siendo ellas cuatro virtudes de los políticos y las políticas, tiene potencia para una continuidad del cambio de régimen introductoria de innovación política y de garantía de trascendencia.