Vacuna COVID-19 y el Pfizer Gate
Por Héctor L. Frisbie
“El contaminar la conversación científica respecto a las vacunas por parte de la comunidad científica abre la ventana de oportunidad para personas mal informadas”.
Recientemente empezamos a leer, nuevamente notas periodísticas que refieren irregularidades durante el proceso de investigación y desarrollo de la vacuna ARN elaborada por laboratorios Pfizer. No es la primera vez que nos enteramos de este tipo de noticias.
El 2 de noviembre de 2021 se publicó en el British Medical Journal BMJ, un artículo en el cual la directora regional Brooke Jackson que trabajaba para “Ventabia” un laboratorio sub-contratado por Pfizer para elaborar grupos que recibirían placebo o la vacuna COVID-19 incurrió en omisiones, errores, falsificación de documentos y otras conductas irregulares que aún cuando fueron reportadas a la FDA no fueron investigadas con el rigor con el que se exigió a otros laboratorios a los cuales incluso no se les ha dado el reconocimiento por la OMS por fallas aún menores a la reportadas por Jackson.
En otoño del 2020 Albert Bourla CEO de Pfizer publica una carta asegurando que ellos desarrollarán una vacuna que terminará la pandemia COVID 19.
Bourla aseguraba que la vacuna “sería autorizada en Estados Unidos “.
Algunos investigadores involucrados en proceso de investigación y desarrollo de la vacuna mencionaron que el acelerar el proceso podría tener un costo en seguridad en las personas y en la integridad de la información colectada.
El grupo de investigación contratado por Pfizer Ventabia Research Group a través de su director regional declaró que la compañía:
- Falsificó información en sus reportes
- No respetó el estatus doble ciego
- Utilizó personal sin entrenamiento
- Respondió lentamente a reportes de efectos adversos durante la fase tres
- El personal a cargo del control de calidad estaba abrumado con la cantidad de eventualidades y reportes recibidos
Brooke Jackson la directora regional reportó repetidamente estos problemas y al no recibir respuesta notificó a la FDA. Al día siguiente fue despedida de Ventabia.
Éstos reportes y eventualidades es muy probable que no impacten significativamente en la eficacia de la vacuna pero de suyo son faltas éticas que violan la disciplina y los procedimientos de investigación y desarrollo clínico. El observar procesos asimétricos de evaluación y sanción para laboratorios no escapa de nuestra atención y desafortunadamente refleja intereses que van más allá del bienestar de los pacientes y muy seguramente involucran Intereses económicos e incluso geopolíticos. Es de llamar la atención como personas defienden las vacunas “occidentales” sólo por ser eso, occidentales. Ya que si las vacunas chinas o rusas o cubanas presentaran este tipo de irregularidades clamarían por sanciones severas a esos laboratorios, incluso a los sistemas de salud de esas naciones.
Es muy importante que cuando establecemos un juicio científico lo hagamos con el rigor del conocimiento y teniendo ética sin un sesgo de alguna clase. El contaminar la conversación científica respecto a las vacunas por parte de la comunidad científica abre la ventana de oportunidad para personas mal informadas y malintencionadas que tendrán siempre un mensaje anti vacunas y eso impactará como ya lo hemos visto en la población y algunas personas decidirán no vacunarse sólo porque la vacuna que ofrecen los sistemas de salud “no es la buena”
Esta pandemia ha tenido muchas fases y en cada una de ellas ha habido científicos notables que han hecho comentarios, entrevistas y observaciones en redes sociales, medios de comunicación de un valor científico y social incalculable. Otros comentarios y opiniones han sido sesgados, patrocinados y dirigidos a grupos o personas, estas opiniones no han soportado la prueba del tiempo.
Es muy importante que cuando emitimos una opinión tengamos en consideración el impacto que va a tener en la población tanto para transmitirles certidumbre, información confiable y esto sabemos que habitualmente causará una modificación en la conducta de las personas y no podemos soslayar nuestro nivel de responsabilidad cuando emitimos un comentario que otros escuchan.