La Comisión de la Verdad de la “Guerra Sucia” en 2023
“El año que comienza la parte dedicada al esclarecimiento histórico de la Comisión de la Verdad organizará, cuando menos, seis audiencias públicas con víctimas y otros seis espacios de escucha para fomentar la participación de familiares y víctimas en Chiapas, Veracruz, Michoacán, Sonora y Nuevo León”.
El año que comienza será clave para la Comisión de la Verdad de la “Guerra Sucia” (1). Formada por mandato presidencial a finales de 2021, la Comisión de la Verdad representa la última oportunidad para esclarecer graves violaciones a los derechos humanos ocurridos durante el periodo (erróneamente) conocido como “Guerra Sucia” (1965-1990).
En la Comisión de la Verdad participan varias instituciones de Estado —incluyendo, pero no solo, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB)—, así como cuatro comisionados independientes; David Fernández, Abel Barrera, Eugenia Allier y quien esto escribe. Nosotros estamos encargados del trabajo de esclarecimiento histórico y la escritura del Informe Final que será entregado al presidente y al pueblo de México en septiembre de 2024.
En este espacio he escrito ya sobre algunos de los retos que ha enfrentado la Comisión en su corta existencia. Así, por ejemplo, el verano pasado denuncié el ominoso episodio en el cual el general secretario de la Sedena afirmó que ordenaría la edificación de un monumento en honor a los militares “caídos” durante la Guerra Sucia (2). Como no podía ser de otra manera, mis compañeros comisionados y yo (a título personal) nos distanciamos de la aberrante propuesta que tanto dolor causó en las víctimas y familiares. En otros textos ha abordado cuestiones relativas al acceso de archivos y a la entrada a instalaciones militares para labores de esclarecimiento (3).
Hoy quiero escribir sobre los retos relativos al esclarecimiento histórico que tiene la Comisión de la Verdad el año que comienza y algo de lo hecho en 2022. Para empezar, conviene apuntar que el año pasado nuestro equipo de colaboradores escribió los primeros diagnósticos de aquellos contextos en los que se perpetraron violaciones graves a los derechos humanos. Fue un trabajo enorme de revisión de gran parte la literatura secundaria dedicada al periodo 1965-1990.
El año pasado se hicieron los primeros trabajos de campo para el levantamiento testimonial (143 testimonios individuales y colectivos). El levantamiento de testimonios y archivos privados se realizó con perspectiva diferenciada en comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes. Destacan las jornadas de trabajo realizadas en regiones campesinas de Sinaloa, purépecha en Michoacán, mixe, binizaá e istmeña en Oaxaca, nahua en Morelos, huasteca en Hidalgo, me´phaa y afromexicana en Guerrero. En la Ciudad de México, en alianza con el gobierno local, participamos en el proyecto de esclarecimiento sobre lo sucedido en Tlaxquaque, centro de tortura de la antigua Dirección General de Policía y Tránsito (DGPyT) y la ya también extinta División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD)(4).
Así, si el 2022 fue año de la planeación y el diagnóstico, el 2023 será de la implementación y la escucha. El año que comienza la parte dedicada al esclarecimiento histórico de la Comisión de la Verdad organizará, cuando menos, seis audiencias públicas con víctimas y otros seis espacios de escucha para fomentar la participación de familiares y víctimas en Chiapas, Veracruz, Michoacán, Sonora y Nuevo León.
En 2023 la mayoría de nuestros recursos materiales y humanos se avocarán a difundir y realizar convocatorias públicas para el levantamiento testimonial en todo el país. La idea central es ofrecer espacios de escucha a todos aquellos que hayan sido testigos o víctimas de graves violaciones a los Derechos Humanos perpetrados por el Estado mexicano o por grupos asociados a él. La convocatoria la difundiremos en los próximos días.
El objetivo de la gran jornada testimonial de 2023 es generar procesos de participación, escucha y diálogo social amplio y plural, con enfoque diferenciado. Esperamos la participación de miles de personas; serán recibidas y tratadas con profesionalismo y respeto. Así, y solo así, lograremos construir un corpus de información suficientemente robusto que contribuya al reconocimiento y dignificación de las víctimas, y que garantice el acceso a la verdad que no por inasible deja de ser el único derrotero posible por donde caminar. Allá vamos 2023.