¿Y para cuándo el sindicato?

No cabe duda de que Pemex es ‘La’ empresa de este sexenio; aunado a que el siguiente año le darán un presupuesto histórico de más de 636 mil millones de pesos, le recortarán el pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC), de 65 a 40 por ciento.

La misión del presidente Andrés Manuel López Obrador es rescatarla, y va en serio. La meta es recuperar alrededor de 150 mil barriles diarios de crudo para el siguiente año, para promediar 1.82 millones de barriles diarios, luego de que este año cerrará en poco más de 1.6 millones.

Sin embargo, este rescate a Pemex al parecer sigue sin considerar a los trabajadores dentro de una organización sindical orgánica y transparente, pues una serie de pretextos han frenado la transformación de la agrupación laboral, cuya legitimidad pende de un hilo.

Aunado a las interminables prórrogas que se han dado para llevar a cabo las primeras elecciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), se suma el supuesto estado de delicado de Manuel Limón, el secretario general interino, quien junto con su grupo de poder, todos ellos ‘romeristas’, se aferran con uñas al poder, y a quien por cierto, ya se le expiró el interinato.

Habría que considerar además que por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha costado poner orden y facilitar los trámites para que se lleven a cabo las elecciones. Al parecer no quieren confrontación, pero ésta ya es una realidad, basta leer los desplegados que el STPRM ha publicado este año en medios nacionales, en los que busca cobrarle al gobierno de la #4T el servilismo a los gobierno anteriores.

Apenas el 8 de septiembre, el presidente López Obrador anunció que la plataforma para que los trabajadores voten de manera libre, electrónica y secreta, está lista; sin embargo, el gobierno federal aún no puede comprometerse a dar una fecha, además de que no tienen gallo, aunque algunas facciones comienzan a decantarse por la senadora morenista por Campeche, Cecilia Sánchez García.

Así, pareciera que la salida de Carlos Romero Deschamps en 2019 fue el primer y único paso que se dio en aras de conseguir una agrupación sindical de primer nivel.

En este nuevo amanecer sindical, empujado por la reforma laboral, complaciente con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), el sindicato petrolero tendría que ser referente; sin embargo, no existe el interés suficiente para que salga adelante.

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