Por la salud y el planeta, una campaña contra los ultraprocesados
Por Alejandro Calvillo
En México, el consumo de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados es excesivo y ha reemplazado el consumo de alimentos tradicionales.
Como país, como población, tenemos uno de los mayores consumos en el mundo de alimentos y bebidas ultraprocesados no saludables que nos han llevado a ocupar los primeros lugares en sobrepeso, obesidad y diabetes en el mundo. El alto consumo de estos productos representa, al mismo tiempo, la mayor fuente de desechos plásticos. Estos productos ultraprocesados no son necesarios, ni tampoco lo son sus empaques, dañan la salud de la población y el medio ambiente.
Los retos que enfrentamos como nación y como especie requieren una visión sistémica, global, y soluciones integrales. No podemos dejar que continúen prácticas empresariales, corporativas, que con el fin de mantener sus ganancias y negocios como lo han venido haciendo, traspasan sus daños a la sociedad y el medio ambiente. Privatizan las ganancias y socializan los daños.
Vivimos una Sindemia Global donde las crisis en salud y ambientales se retroalimentan unas a otras. La salud de la población depende de una alimentación saludable y la salud del planeta depende de la regeneración de sus ecosistemas. Una y otra están entrelazadas: hay productos que dañan la Salud de las personas y del Planeta y alimentos que protegen la salud y ayudan a regenerar la tierra al convertirse en composta y devolverle su fertilidad.
Los escenarios son catastróficos y no se está actuando a tiempo.
En México, el consumo de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados es excesivo y ha reemplazado el consumo de alimentos tradicionales. La Organización Panamericana de la Salud reporta que la venta de ultraprocesados y bebidas azucaradas en nuestro país, es la más alta en toda América Latina, con una venta de 214 kg de productos y bebidas per cápita, casi el doble del promedio de la región. Asimismo, en las últimas tres décadas, el consumo de ultraprocesados en México se ha duplicado y casi un tercio de la ingesta diaria de energía de los mexicanos proviene de estos productos.
En México, no solo hay un alto consumo de productos ultraprocesados, sino también una alta carga de enfermedades crónicas. Más del 75 por ciento de los mexicanos adultos tienen sobrepeso u obesidad. En 2020, las enfermedades del corazón, relacionadas a la mala alimentación, fueron la principal causa de muerte en la población con 218,704. En el mismo año, fallecieron cerca de 151 mil 19 personas a causa de la diabetes cerca de 47 mil muertes más, que lo reportado en el 2019 (104 mil 354). Aunado a esto, la suma de muertes en este mismo año (2020), por enfermedades cardiovasculares y diabetes sobrepasaron a aquellas que se dieron por COVID-19 (200,256); además se ha demostrado que las complicaciones y las muertes al contraer coronavirus, aumentan en personas con obesidad y diabetes.
El consumo de productos ultraprocesados y riesgo de enfermedad y muerte
El alto consumo de productos ultraprocesados, ha sido asociado con un aumento de 23-51% de riesgo para obesidad. Diversos estudios han encontrado que el riesgo de desarrollar diabetes es 44-65 por ciento mayor entre el grupo que consume más ultraprocesados, en comparación con el grupo que consumen menor cantidad. Además, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares es 29% más, entre los que consumen una mayor cantidad de productos ultraproceados.
Investigadores han revelado que los productos ultraprocesados no solo aumentan el riesgo de enfermedad, sino también de muerte. La mortalidad por todas las causas es 25-28 por ciento mayor para individuos que consumieron la mayor cantidad de productos ultraprocesados en comparación con aquellos que tuvieron un menor consumo.
Los productos ultraprocesados y los daños al planeta
Los productos ultraprocesados no solo son dañinos para la salud, también para el medio ambiente, debido a los desechos plásticos de los empaques y botellas. Cada minuto se compran un millón de botellas de plástico para bebidas y tan solo una botella tarda aproximadamente 450 años en degradarse. Aunado a esto, cerca del 40 por ciento de los plásticos producidos son de un solo uso, es decir, son utilizados por unos minutos, como los empaques y envolturas de productos ultraprocesados para luego ser desechados. De todos los plásticos que han sido producidos, el 80% permanece en el ambiente.
El maquillaje de las empresas hace pensar al consumidor que una botella que aparece como reciclable se recicla totalmente y no es así, los plásticos se degradan y sólo una parte de esa botella será utilizada como materia prima para otra botella, lo principal será plástico virgen. El reciclaje de residuos genera su propia huella hídrica y de carbono, ya que se utilizan combustibles fósiles en las instalaciones de reciclaje, lo que también representa una fuente de contaminación importante.
En 2021, un estudio reveló que las empresas que más contaminaron con plásticos son las de productos ultraprocesados. Las diez principales empresas contaminantes son: The Coca-Cola Company, PepsiCo, Unilever, Nestlé, Procter & Gamble, Mondelēz International, Philip Morris International, Danone, Mars, Inc. y Colgate-Palmolive.
Los daños del plástico se extienden mucho más allá de su acumulación en nuestros espacios naturales, representan un problema desde su producción. Casi el 99 por ciento de los plásticos se fabrican con productos químicos procedentes de combustibles fósiles, petróleo, gas y carbón. Y su ciclo de vida contribuye a la crisis climática, la liberación gases de efecto invernadero (GEI), a la contaminación de los suelos, el aire y el agua.
Es importante mencionar que la industria de productos ultraprocesados promueve la idea del reciclaje como una solución a la producción de plásticos a través de publicidad, campañas y acciones voluntarias que hacen creer a las y los consumidores que todo lo que la industria recicla se convierte en nuevas botellas generando un círculo virtuoso. No obstante la inversión y promoción del reciclaje por décadas, ha demostrado que esto no es la solución; un estudio concluye que sólo el 9 por ciento de todos los plásticos producidos en el mundo se ha reciclado.
Ante este escenario de enfermedades y daños al planeta por el consumo de productos ultraprocesados, es urgente transitar hacia dietas saludables y sostenibles, en donde las prácticas alimentarias sean buenas tanto para la salud humana como para el planeta. Una característica importante de estas dietas, es la reducción y restricción de los productos ultraprocesados y por el contrario, tener un consumo de alimentos no procesados, incluir como fuente de hidratación al agua potable segura y limpia y con eso evitar el uso de plásticos y derivados en el envasado de alimentos.
Estas son las razones por las cuales la Alianza por la Salud Alimentaria lanzó la campaña Salud Planeta que podrá verse en el metro y las calles de la Ciudad de México, además de escucharse en la radio de esta ciudad, una de las más pobladas del mundo, con uno d ellos mayores índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y de generación de basura plástica.