11 capacidades difíciles de adquirir, pero ayudan a tener éxito

No se trata de ser mejor que nadie, se trata de ser mejor de lo que eras el día anterior”

Ferran Adrià

Hay ciertas habilidades que pueden ayudarnos a tener éxito, pero no solo es importante conocerlas, sino también adquirirlas. Revisando algunos listados de estas actividades en revistas de negocios como Inc, en reportes del World Economic Forum y en LinkedIn, enlistaré las que, considero, serían las más importantes

Todas están muy relacionadas con la inteligencia emocional, esa inteligencia que nos ayuda a entender las emociones de los demás y, también, a manejar adecuadamente nuestras emociones, tanto negativas como positivas.

La adaptabilidad (utilísima en este cambio de época) está muy relacionada, con aprender (y sobretodo, desaprender) rápido. Identificar estas capacidades nos permitirá “alinear nuestras baterías” y tener un plan para adquirir o desarrollarlas. Estas habilidades son:

1. Duerma lo suficiente. En primer lugar, una capacidad “higiénica”. Es importante por dos aspectos, en primer lugar, nos ayuda a restablecer fuerzas y hasta a mejorar nuestro sistema de inmunidad; en segundo nos permite estar más alerta (¡y despierto!) en momentos de concentración, cuesta trabajo, pero es muy redituable.

2. Empatía. Literalmente, ponerse en los zapatos del otro, cualidad fundamental del liderazgo, esa habilidad de “sentir lo que el otro siente” comienza por saber escuchar. “Si no sabes escuchar, no sirves para dirigir”, sabio consejo que le dieron al gran emperador Adriano.

3. Manejo del tiempo (de nuestro tiempo). Un buen sistema que nos permita priorizar lo que tenemos que hacer, planearlo y ejecutarlo es una de las capacidades más útiles y valoradas, aunque, es cierto, muy difícil de adquirir.

4. Saber pedir ayuda (es difícil “dejarse ayudar”). Cuando sabemos lo que no sabemos, estamos iniciando el proceso de aprenderlo. Hay que preguntar, con curiosidad, sin miedo a parecer ignorante, siempre con el deseo de mejorar.

5. Consistencia. Mi querido maestro, Jorge Morán, lo explicaba con una frase muy elocuente: “Para quien está concentrado en obtener resultados, no hay gestión final”, siempre estarás ocupado. La consistencia, la perseverancia, junto con la fortaleza y la confianza, en uno mismo y en los demás, son las virtudes necesarias para ejecutar bien.

6. Diálogo positivo con uno mismo. Los exitosos no hacen mucho caso de lo que los demás piensan de ellos, pero eso sí, cuidan lo que ellos piensan de ellos mismos y “construyen” así confianza en ellos mismos.

7. Saber cuándo hay que callarse (y llegado el momento, callarse). “Calladito te ves más bonito”, afirma un conocido refrán. Es verdad, muchas veces te arrepentirás de lo que dijiste, especialmente si estabas enojado, molesto, agitado o te sentías vejado o maltratado; en esos momentos decimos lo primero que se nos vine a la cabeza, para luego arrepentirnos.

8. Ocuparse de lo tuyo. Meterse donde no nos llaman, no sirve de nada y solo nos hace perder recursos y tiempo. Lo mejor es enfocarse en lo propio y ahí aplicar nuestra energía.

9. Dominar tus pensamientos. Mark Givert, asesor experto en temas de recuperación física, lo afirma: “Para hacer lo que quieres hacer y lograr lo que quieres lograr, necesitas dirigir conscientemente tu pensamiento; el desafío es que somos el producto de nuestra experiencia pasada y todo nuestro pensamiento es el resultado de esto, sin embargo, el pasado no es igual al futuro”. Hay que dirigir conscientemente el pensamiento para poder pensar lo que quieres y así poder hacer lo que quieras hacer.

10. Permanecer presente en el momento presente. Hay que saber estar en lo que estás, a la mayoría de las personas les cuesta mucho trabajo estar presente y piensan en otra cosa y no en lo que están haciendo (una especie de “déficit de atención”). Recordemos el viejo proverbio latino, Carpe diem, aprovecha el tiempo, atrapa el instante, cuida cada momento.

11. Saber expresar coherentemente sus ideas. Primero, de forma verbal. Hay que perderle el miedo a hablar en público, se puede y denota seguridad en sí mismo; pero, más importante, es preparar lo que se va a decir. (Ver columna -EF- 9/jun/21). Recuerdo que, en su biografía, Iacocca, el legendario CEO de Chrysler, contaba que le dijo a su jefe McNamara que tenía una gran idea, éste respondió: “pónmela por escrito”. Iacocca dijo: “Ahorita te la digo”. McNamara respondió: “Esta noche, en tu casa pon tu gran idea en papel, si no lo puedes hacer, es que no lo has pensado bien”.

Vale la pena diagnosticar cómo andamos en estas once capacidades; quizá algunas ya la poseamos, otras no, pero todas son adquiribles y nos permitirán ser más exitosos en nuestra vida profesional, personal y familiar.

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