Costoso que el Banco de México pierda autonomía

En días pasados el Poder Ejecutivo informó que el Banco de México aumentaría la tasa de interés en medio punto porcentual, es decir en 50 puntos base, lo cual el Banco Central todavía no había anunciado. Esto causó sorpresa y preocupación en distintos medios financieros. Posteriormente pidió una disculpa por adelantarse, pero porque pensó que esa información ya era pública.

Una importante inquietud en este aspecto es que algunos pudieran considerar que el banco esté siguiendo instrucciones del gobierno federal, esto es, que esté perdiendo autonomía en sus decisiones monetarias. Otra preocupación es que si algunos participantes tienen información relevante de lo que va a realizar el banco antes que el resto del mercado, es decir tienen información relevante de manera anticipada, puedan tomar decisiones en perjuicio de los demás, lo que es penado en la mayoría de los países. Esto tiene importantes repercusiones negativas tanto dentro del país como en el extranjero. Sin embargo, la gran mayoría de la población no está consciente de las consecuencias y elevados costos de que el banco pudiera reducir o perder su autonomía.

Los bancos centrales tienen dos grandes responsabilidades que son 1) El buen funcionamiento del sistema de pagos del país, ya que es el banco de bancos y un relevante regulador del sistema financiero y 2) el buen manejo de la política monetaria por medio del control de la cantidad de dinero, para que la economía funcione de manera correcta, al mismo tiempo que evita incrementos en la inflación.

La creación del dinero es un importante invento que ha propiciado el crecimiento económico, facilita las transacciones comerciales, así como el ahorro y las inversiones y muchas características positivas adicionales. Sin embargo, el mismo existe en la medida en que la gente le tenga confianza y considere que conservará su valor en el futuro, así como que será aceptado por los demás ahora y en el futuro. Cuando las personas pierden confianza en el dinero, dejan de aceptarlo y de ahorrar en el sistema financiero y prefieren tener otros bienes en su posesión, elevando así sus precios, es decir provocando inflación. Entonces empieza la carrera de los precios, es decir compro algo ahora, aunque no lo necesite, porque después no podré adquirirlo.

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