¿Qué quiere Estados Unidos?

El último día de marzo, la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, envió una carta a Tatiana Clouthier, secretaria de Economía de México, en la que no sorprendió el contenido -pues pide garantías para los inversionistas del sector energético-, sino el tono amenazante.

Al parecer, de poco o nada han servido la serie de encuentros bilaterales sostenidos en distintos niveles de ambos gobiernos, que comenzaron en enero pasado con la visita de Jennifer Granholm, secretaria de Energía del gobierno de Joe Biden, con el gabinete energético y comercial de México, y en las que incluso el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador les explicó la reforma eléctrica que se cocina en el Congreso de la Unión, y que podría ver la luz en la Cámara de Diputados en Semana Santa.

El gobierno de Biden no está contento, y algo tiene que ver la poca comunicación efectiva entre sus integrantes. El primer atisbo de esta descoordinación se dio la semana pasada, cuando en su última visita, John Kerry, el enviado especial de EU para el cambio climático, afirmó que se había acordado un grupo de trabajo con México para vigilar la reforma eléctrica. Noticia que dio tumbos por todo el país, sobre todo entre quienes afirmaban que por fin EU había ‘doblegado’ a López Obrador, pero que la mañana siguiente fue desmentida por el propio mandatario, quien aseguró que ante la solicitud del ex candidato presidencial de EU, solo se quedó callado, más no otorgó.

Luego, en un segundo intento por meter ruido al gobierno mexicano, y en respuesta a la presión generada desde el Senado de EU, donde Tai compareció la semana pasada y fue duramente recriminada por este tema, en la misiva revelada ayer, la representante comercial de EU sugiere a Clouthier que México no ha sido claro en cuanto a sus intenciones en el sector energético, y sobre cómo los cambios a la regulación impactarán, algo que evidentemente tampoco le dijo Kerry.

Para tratar de calmar los ánimos en su Congreso, Tai anticipa que este será uno de los temas que se traten en la próxima reunión para revisar los avances del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) en julio próximo, y advierte que “las empresas estadounidenses continúan enfrentando un trato arbitrario y más de 10 mil millones de dólares en inversiones en México enfrentan más riesgo que nunca, sobre todo en energías renovables”.

Queda claro que Estados Unidos seguirá presionando para que el gobierno de la #4T desista de la iniciativa y les conceda sus más profundos deseos en materia energética, pero de acuerdo con lo dicho por el mismo López Obrador, no será posible, y el tono de la comunicación refleja que la diplomacia se está estirando mucho. ¿Hasta qué punto, y qué vendrá después? Es una incógnita, pero podríamos esperar que el vecino amague con obstruir el comercio a través del TMEC. Una vez más, la relación entre ambos países está a prueba. Atentos.

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