¿Qué diablos pasó ayer?
Las cumbres, reuniones interparlamentarias o los encuentros tú a tú entre dos jefes de Estado generan más expectativas que resultados.
¿Cuál fue el beneficio para el país de la reunión entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden?
El encuentro sirvió para la foto y la foto para las comparaciones y las críticas.
Pero, ¿qué hubo más allá de los monólogos de ambos mandatarios?
Son los equipos de ambos mandatarios los que negocian realmente los temas de interés para uno y otro Gobierno.
Las propuestas de López Obrador, como esa de aumentar los inventarios de gasolina en el norte para que los ciudadanos estadounidenses puedan cargar combustible en territorio nacional, sonaron desfasadas y hasta inocentes.
No hubo en la reunión oficial ninguna propuesta para atender la migración hacia Estados Unidos, que alcanza ya el término de tragedia humanitaria, mucho menos un plan para contener la violencia que padece México, facilitada por el tráfico de armas desde el país vecino del norte.
Salvo la propuesta de Biden de “incrementar el comercio internacional para combatir la inflación’’, la reunión resultó anodina.
O al menos eso parece.
Será obligación del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien deberá explicar los resultados de la visita de Estado del Presidente mexicano.
De hecho, la reunión fue quizá la penúltima gran oportunidad que tuvo Ebrard de capitalizar su trabajo en pos de la candidatura presidencial por Morena.
Por ello, seguramente en los próximos días se conocerán los resultados de las negociaciones entre los equipos de trabajo de ambos mandatarios, pues son ellos, realmente, los encargados de aterrizar las propuestas generales de los jefes de Estado.
En noviembre se tiene programada una reunión entre los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá, para lo cual desde ya se trabaja en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Ese será, sin duda alguna, la última oportunidad que tendrá Ebrard para subirse al tren de la candidatura presidencial.
Eso, y los resultados de la gira de ayer, podrán reencarrilar al canciller en una carrera en la que se le ve tercero, pese a tener más méritos que los dos punteros.
A ver.
Las diputadas del PRI presentaron una denuncia penal por violencia de género en contra de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quien lleva una semana presumiendo que tiene fotos íntimas de las legisladoras que fueron enviadas al teléfono móvil del dirigente tricolor, Alejandro Moreno.
Sansores ha convertido este caso en una comedia porque, como señaló una diputada, “no le interesa la justicia sino el escarnio’’.
Durante la semana, desde su cuenta personal de Twitter, la gobernadora ha enviado mensajes como “ya quiero que sea martes’’, porque esos días son lo que ha utilizado para revelar audios del dirigente del PRI.
Y ayer, luego de la denuncia en su contra, publicó una frase de una famosa canción de moda que dice “te felicito, que bien actúas’’, lo que ha llevado un caso judicial al extremo de la farsa.
Independientemente de lo que haya revelado ayer por la noche, la gobernadora sabe que no puede filtrar las fotos íntimas -si las tiene-, de las legisladoras del tricolor porque estaría cometiendo un delito.
Como sea, un asunto que siempre debió llevarse con el cuidado y sigilo que exige la ley, se volvió un cochinero.
Pues no, no habrá “parlamento abierto’’ para discutir la propuesta de reforma política enviada por el presidente López Obrador a la Cámara de Senadores.
Parece que la oposición anotará otro punto a su favor.