Los padrinos internacionales de ‘Napito’

Por Carlos Pavón

Prisa es la que tiene, le queda menos de año y medio para que pierda la posición privilegiada que le dio Morena en el Senado de la República y también para que se acabe el fuero que lo ha blindado y que le ha evitado hacer frente a todas las denuncias y fechorías que ha cometido.

Así que ahora Napillo echa mano de la “noble y desinteresada amistad” que guarda con los sindicatos estadounidenses y canadienses para amedrentar mediante los mecanismos del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, a los sindicatos mexicanos.

Lo quiera o no aceptar, Napillo es canadiense, es un extranjero que vota en el Senado mexicano y como tal goza de la protección y apoyo de las organizaciones como los Steelworkers. Pero no solo se trata de aparente solidaridad, sino que se sabe que Napillo ha hecho importantes y constantes aportaciones económicas a estos sindicatos, mismas que le han llevado a ganarse su cobijo y apoyo.

Ya lo decíamos, tenemos al enemigo en casa y lejos de luchar por los trabajadores de México, Napillo se ha enfocado en acumular dinero y poder, utilizando de manera torcida al T-MEC como una poderosa herramienta que usa a conveniencia.

Indican que a la fecha se han presentado cinco quejas en el T-MEC para denunciar abusos, malas prácticas y violaciones a la libertad sindical, querellas que curiosamente fueron interpuestas por las organizaciones sindicales internacionales con las que Napito tiene vínculos, una estrategia totalmente armada para ganar a la mala, los Contratos Colectivos de Trabajo, CCT.

Dichas denuncias, han dado paso a la disputa de los CCT, donde Napillo juega un papel protagónico y, ahora sí, fingiendo demencia y olvidándose de las reglas del T-MEC, de la legalidad y de la democracia sindical, aseguran, aplica las tácticas que lo han caracterizado por décadas para ganar: entre ellas las amenazas, intimidación e incluso promesas económicas que incluyen la obtención de un jugoso reparto de utilidades por dar su voto, oferta que sabe que no cumplirá.

De esa manera, con intromisión internacional, en medio de irregularidades Napillo ha logrado desplazar a varios sindicatos y en su lugar ha puesto a organizaciones que operan a su favor, es decir, sindicatos fachada.

Pero las irregularidades del que heredó sin mérito alguno el sindicato minero, no paran, resulta que Napito exige se cumpla la ley y se atiendan esas “legítimas” quejas, pero cuando el acusado es él, reniega de las leyes, pone en duda la justicia mexicana y asevera que las autoridades están en su contra.

Se sabe privilegiado y tan mal acostumbrado lo tiene la 4T que le han hecho creer que la ley debe aplicarse a todos menos a él y, lo peor, se lo ha creído. A Napoleón Gómez Urrutia le han solapado no solo que siga extorsionando empresas, que siga apoderándose de los centros de trabajo con la ayuda de golpeadores e incluso que detenga y se apodere de carreteras a su antojo, nada le ha pasado, vive en plena impunidad.

Lo colocaron al punto de hacerlo presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Senadores, intentaron borrar y enterrar su pasado, el robo de los 55 millones de dólares contra el gremio minero, pero no, nada les ha funcionado.

El tiempo se acaba y la pregunta que nos hacemos es, ¿qué sucederá primero? ¿La 4T por fin hará justicia o bien Napillo terminará el sexenio apoderándose de cuantos sindicatos se le antojen con ayuda de las organizaciones extranjeras frente a los ojos del Gobierno de México?

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